Una mirada dice mucho si sabemos observar el lenguaje que nos transmiten los ojos, los cuales, pueden decirnos mucho sin hablar.
Muchas frases nos corroboran esta afirmación “hay miradas que matan”, “tienes una mirada de hielo”, “me abrasa tu mirada”…también existen miradas burlonas,
Simpáticas, se sorpresa, tímidas…
Hay un detalle que podemos observar cuando dos personas mantienen una conversación que es la siguiente, el que habla suele desviar la mirada, sin embargo el que escucha mira fijamente a su interlocutor para mostrarle interés y atención.
Es incómodo que nos miren fijamente a los ojos durante un largo tiempo, aparece la inquietud y el nerviosismo, como si el que te mira quisiera adivinar lo que estás pensando, algo que no puede ocurrir, pero que en cierto modo te inquieta, sin embargo, cuando hablas con una persona y no le puedes ver los ojos por cualquier motivo (en la oscuridad o puede llevar gafas de sol) te resulta inaccesible tu comunicación con ella, incluso te parece fría la situación. Muchas personas llevan gafas de sol, por este motivo, el aparentar inaccesibilidad ocultando su mirada.
El lugar hacia donde dirigimos la mirada también es muy importante, si acabamos de conocer a una persona, miramos la zona situada entre los ojos y la nariz. Si son amigos ya incluimos la boca.
Si bajamos la mirada por debajo de la boca, produces sensación de intimidad e incluso de insinuación sensual.
Otro detalle en este lenguaje visual es la duración de la mirada, si su duración es corta, tenemos ante nosotros a una persona insegura y al contrario, si su duración es larga e intensa, esta persona mantiene una buena seguridad en sí misma.
Fuente: upv
