Mamen nos cuenta

 

 

Aunque parezca mentira, en mi casa, todavía no se ha implantado las bases de una sana democracia, y lo que es peor, aún estamos encallados en una soterrada oligarquía machista, regentada, cómo no, por mis tres pequeños churumbeles y su padre.

Me explico, y por citar sólo un ejemplo:  ¿Qué sucede con el mando a distancia de la televisión?  Pues sucede que nunca aparece cuando soy yo quien lo busca.

-¡Y tú sabrás dónde está¡ ¡Yo no lo he cogido¡ ¡Pregunta a tus hijos, yo llevo toda la tarde tendiendo la lavadora ¡

Ya empiezo a perder los papeles ¿Toda la tarde para tender una lavadora? Prefiero hacer como si no hubiera escuchado nada.

-¡Pero, vamos a ver!, si somos cinco y lleváis seis horas pegados a la tele, ¿quién ha sido el último que lo ha utilizado?


-¡Mira a ver si lo tiene el perro¡ -me responden. Vaya, ni que al perro le interesan los programas del colorín-colorado con los que a mí me gusta quedarme amodorrada por las noches.

Y es que, lo mires por donde lo mires, sea el día que sea cuando no hay fútbol, hay baloncesto, o se juega la final de Roland Garros, o aparece Alonso, con cara de niño bueno, corriendo a mil por hora con su invencible Mercedes, pero siempre hay algo mucho más interesante que lo mío.

Por no hablar de sus sarcásticos comentarios:-  ¡Mamá eso que quieres ver te apelmaza el cerebro, te convierte en una telecotilla, ¿No nos vas a obligar a escuchar a esa panda de entrevistadores con venas hinchadas en la garganta que sólo sueltan exabruptos por su boca?

Por Dios, si yo a esas horas ya he dejado de ser persona, sólo quiero no pensar. Después de un agotador día de trabajo, compras, comidas y demás deberes anexos a mi condición de mujer independizada y moderna, sólo pido tumbarme un rato en el sofá y dormirme entre los líos de cama y demás zarandajas. Al día siguiente ya tendré tiempo de enfundarme los tacones y el traje chaqueta para ejercer de nuevo como la madre-educadora-esposa-amante-trabajadora-culta-cocinera- que todos quieren ver en mí. ¿Será posible algún día? Mamen Hernandez.

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