¿Cómo se representa la feminidad en el tarot?

Esta es una de las cualidades que vuelve al tarot una herramienta con bastante poder de acceso al inconsciente colectivo y personal, un hermoso medio de transporte para la elaboración de procesos psíquicos muy profundos. En las cartas se ven reflejados los arquetipos con los que todas las personas se pueden identificar.

El Tarot Gitano es una obra de arte en sí mismo, muy diferente al que todos estamos habituados, este tipo de baraja de Tarot contiene un lenguaje espiritual, cuyo idioma es pictórico, visual y absolutamente poético, el cual estimula nuestra capacidad natural de simbolizar.

De qué nos habla el tarot

El tarot nos habla de un viaje personal y también colectivo, un viaje que tiene como objetivo volver a unir nuestra divinidad interna la cual se encuentra dividida. Al reunir lo que ha sido dividido, nos ayuda a hacer conscientes la energía femenina y masculina (Yin y Yang).

Ahora bien, es bastante amplio hablar de los arquetipos femeninos y lo que representa la feminidad dentro del tarot, porque existen diversos arcanos dentro de la baraja que encarnan el “gran arquetipo femenino” que se encuentra formado por distintas cartas.

Esto ocurre ya que el tarot es un constante fluir entre lo femenino y lo masculino, lo inconsciente y lo consciente, y por ende, todos sus arcanos se encuentran atravesados por estas energías (unas con mayor preponderancia que otras), pero todas nos hablan de este baile eterno entre los opuestos que se complementan.

La feminidad en el Tarot

Siempre ha resultado enigmática la presencia de lo femenino en el Tarot. Esto tal vez, a raíz de la percepción de la mujer y lo femenino desde tiempos antiguos, los cuales, desde el inicio de la historia, han permanecido fuertemente ligadas a la curación, la sensibilidad y la videncia.

Esta devoción a lo femenino, y al mismo tiempo, su repudio, se ha trasladado a las diversas figuras que han representado la mujer a lo largo de la historia: la Papisa –Arcano Mayor inspirado en la Papisa Juana- La Emperatriz, la curandera, la bruja, la madre y la sibila, por mencionar algunas de ellas.

Durante la Edad Media, constantemente se le relacionaba a la mujer con las prácticas de profetización y ritos relacionados al esoterismo; lo que en esos tiempos era asociado con la brujería.

Ante aquel desconocimiento, y debido a que muchas de estas mujeres fueron maltratadas, apedreadas y quemadas en la hoguera, solían ocultarse en cuevas y espacios oscuros en donde solo la masa del pueblo sabía dónde encontrarlas.

Aunque es la más conocida, la Sacerdotisa no es la única que representa a la energía femenina en las cartas del tarot. Incluso, esta energía aparece en cada Arcano, y por ende, es posible visualizar cada situación de nuestra vida como aquella que también ampara esta manifestación. Aunque en ciertas cartas aparece de forma clara (es decir, representada como una mujer) en todos los arcanos vive esta energía.

En el universo de los Arquetipos, lo femenino y lo masculino aparecen como dos energías complementarias, y al mismo tiempo opuestas. Una no puede concebirse sin la otra, e incluso un defecto o exceso en alguna implicaría una catástrofe.

Aunque lo femenino parece estar ligado solo con la mujer, los hombres también tienen esta energía, solo que ellas han experimentado mucho más cerca y con mayor interés, la emocionalidad y sensibilidad humana que conforma esta energía.

Cartas que demuestran feminidad

Cada una de estas cartas, interpreta un momento diferente de lo femenino a lo largo de su viaje hacia la transformación. Sin embargo, hoy dejaremos 2 de las principales cartas más conocidas que representan lo femenino en el tarot.

La Papisa o Sacerdotisa

Esta carta representa el primer arquetipo de la mujer sabia, receptiva y misteriosa. La sabiduría divina es representada por la Virgen María o Sofía. Se le conoce como principio yin femenino.

La Papisa es quien nos ayuda a instruir el hábito de percibir nuestra voz interior y reconocer cuales son nuestros talentos ocultos, aun para nosotras mismas.

La Emperatriz

Encarna el arquetipo materno maduro, clásico, la fuente que da vida y la pasión. Se encuentra vinculada a la diosa Afrodita, es la expresión de la sexualidad femenina, lo instintivo físico. Aparte, hace representación de lo vital y ese aspecto activo Yang de lo femenino.

La Emperatriz nos ayuda a conectarnos con nuestro cuerpo y nos recuerda el buen fluir de los ritmos de la tierra y los ciclos en nosotras. Es la que simboliza esa expresión de la fuerza creativa que poseemos.

Últimos artículos

Scroll al inicio