El cáncer de mama es el tumor que más afecta a la población femenina. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, este año se prevé que se detecten cerca de 35.000 nuevos casos, de ahí la importancia de los programas de cribado llevados a cabo para una detección precoz.
“Por este motivo, es fundamental abordar de una forma adecuada, no solo el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, sino también los problemas a medio y largo plazo, que a menudo son derivados de las terapias aplicadas. Uno de los pilares fundamentales en el tratamiento del cáncer de mama es la cirugía, que puede consistir en extraer solamente el tumor o bien en extirpar la mama completa” explica la Dra. Helena Huertas, oncóloga de Onelife Center (www.onelifecenter.es).
El tipo de cirugía que se emplea, depende del tamaño y la localización del tumor. Lo primero que se busca es la conservación de la mama, pero hay ciertos casos en los que son necesarios realizar una mastectomía, es decir, su extirpación completa. Cada año, en nuestro país, se lleva a cabo más de 20.000 acciones de este tipo.
“Tras la mastectomía, alrededor de un 30% de las mujeres pueden experimentar sensaciones en la zona del pecho en la que la mama ya no está presente. Esto es lo que se conoce como el Síndrome de la Mama Fantasma, y se estima que llega a ser doloroso en aproximadamente un 34% de los casos” añade la oncóloga de Onelife Center.
El Síndrome de la Mama Fantasma: abordaje multidisciplinar
“Sigo notando el pecho que me han quitado”. Es una frase más común de lo que se piensa en las revisiones de oncología una vez el tratamiento quirúrgico y oncológico ha terminado. Aunque pueda parecerlo, no es una sensación imaginada por el paciente, es un problema físico. El motivo es que la zona del cerebro reservada para interpretar las sensaciones de la mama extirpada todavía existe, de manera que si los nervios que antes de la mastectomía proporcionaban sensibilidad a esa mama envían señales al cerebro, y éste las interpretará en forma de sensaciones referidas a esa mama que ya no tenemos.
De hecho, “cuando la mama extirpada duele”, puede ser necesario emplear fármacos como anticonvulsivos y analgésicos para el dolor de tipo neuropático, es decir, el que encuentra su causa en el sistema nervioso. También es necesario prescribir antidepresivos, ya que el gran impacto emocional que provoca una mastectomía para muchas mujeres hace que ese dolor se intensifique.
“Además de la medicación, la fisioterapia es una de las bases del tratamiento, siendo de especial interés para la recuperación de la movilidad del hombro y del brazo, lo cual puede contribuir a disminuir el dolor. Además, en casos más graves de dolor, puede considerarse la realización de bloqueos nerviosos o inyecciones de anestesia local, de la mano de unidades del dolor especializadas, con el fin de buscar el alivio local” afirma la Dra. Helena Huertas.
El tratamiento del Síndrome de la Mama Fantasma se completa con intervenciones de psicólogos especializados en el tratamiento de pacientes con dolor para que enseñen a las pacientes afectadas a lidiar con el impacto emocional que supone haber perdido un miembro, así como a poder gestionar las “sensaciones fantasmas”, entre ellas, el dolor.