La obsesión del pene-percha.

 

El ser humano es capaz de asimilar y acumular trastornos personales con la misma rapidez que les pasa la vida ocupados en solucionarlos.


De estos se encargan las multinacionales de todo tipo, sabedoras de que las consecuencias que originan dichos trastornos, también harán que sus beneficios aumenten.
De hecho los prolegómenos de la viagra femenina ya están dando sus resultados. ¿Viagra para todos sin recetas médicas?
Pero ni todas las viagras, ni todas las cremas antiarrugas etc…, etc…, que nos prometan pueden luchar con la ley de la gravedad.
Todo lo que sube baja, decía mi abuela, y si no aceptamos las etapas de esta corta vida con lo que conlleva, mal lo tenemos.
Aceptar no quiere decir rendirse ni claudicar, sino conocer, conocernos mejor día a día. Aceptar nuestro cuerpo y su evolución natural; aceptar a nuestra pareja, descubrir juntos y descubrirnos a nosotros mismos todos nuestros cambios.
Todas las etapas de este momento fugaz en el que existimos, nos ofrecen alternativas para ser feliz.
Cuando las hormonas fallan, ni el deseo ni el sexo tienen necesariamente que correr escalera abajo, ni seguir tras ellos para remediar la huida y solucionarlo en la farmacia de guardia más próxima.
Hay soluciones más naturales, y hay recetas para todos los gustos.
Sería mucho más práctico, más gratificante ampliar la concepción de las palabras, «biología» y «procreación» en cuanto al sexo por puro placer. Algunos conceptos aún perduran y crean un problema personal y de pareja si a los varones no se le pone tiesa.
Y es que: «queridos» seguís sin comprenderlo, a las mujeres hasta la «biología» nos ha permitido poder largarnos y dejaros con el zapato colgando de vuestro amado pene.

Scroll al inicio