Las orquídeas son una familia de plantas de más de 25.000 especies que se distinguen por la belleza y complejidad de sus flores. Crecen prácticamente en todas las partes del planeta, exceptuando los desiertos muy áridos y los polos pero son capaces de adaptarse tanto al frio como al calor y de crecer a nivel del mar o en los altos páramos. Aparecen tanto en las ramas de los árboles como en las rocas o en el suelo. En cuanto al tamaño, encontramos desde apenas unos centímetros hasta la altura de un árbol.
Si nos regalan una orquídea debemos preguntar de qué tipo de planta se trata ya que cada variedad se cuida de una manera pero aquí os vamos a dar unas pautas generales.
Lo primero que hay que saber es que los ambientes muy secos no favorecen nada a esta planta ya que necesita una cantidad de humedad elevada. Algunos de los trucos que podemos realizar para aumentar su grado de humedad es colocar un recipiente con agua cerca de la planta o poner la maceta sobre grava mojada, sin que entre en contacto con el agua.
No debemos colocar a la orquídea al lado de una ventana donde le entren los rayos del sol directamente. Tienen que tener mucha luz pero sin quemarse por eso lo mejor es colocar la planta en la ventana con las cortinas echadas, que entre claridad.
El tema del riego es más específico por lo que en la floristería os aconsejaran como debéis hacerlo dependiendo de la especie que tengáis pero lo que hay que tener en cuenta es que no hay que usar agua salada ni con mucha cal.
Las orquídeas siempre darán un toque de vida y elegancia a tu hogar.
Fuente: Infojardin.com