Son muchas las mujeres que tienen la piel grasa y que conocen de sobra los problemas de este tipo de piel. Y es que mientras la piel seca tiende a deshidratarse, la piel grasa presenta otros problemas diferentes que hay que saber tratar con los productos adecuados.
Este tipo de piel es más gruesa y resistente, por lo que tiene una ventaja: suele tener menos arrugas. Sin embargo, no todo iba a ser bueno, y el principal problema de la piel grasa es que los poros están más dilatados y se ven más.
A la hora de cuidar una piel grasa, hay que tener muy en cuenta algunos aspectos. Por un lado, es fundamental utilizar cosméticos que no sean demasiado astringentes, para que la piel no se deshidrate. Es importante también que tengan componentes que ayuden a regular la grasa y a renovar la piel. El retinol y el ácido salicílico, además del glicólico, son muy recomendables.
En este tipo de piel es todavía más importante mantener una correcta limpieza de cara, minimizando los poros y evitando así que aparezcan granitos, que tardan bastante en desaparecer.
El aceite de árbol de té es antibacteriano y cicatrizante, igual que la arcilla, por lo ayudan a regular la producción de sebo, algo muy importante en este tipo de pieles.
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