¡El maravilloso mundo del circo político!
No me gusta hablar de política, principalmente porque no la entiendo aunque también porque creo que hay muy poca objetividad, casi nada de claridad y menos todavía sentido común al respecto. Sin embargo, a veces, no puedo evitar que se me salten las lágrimas, se me lleven los demonios, me arda el alma y me estire de los pelos sin