Las uñas bonitas siempre han sido un sinónimo de glamour, simplemente hay que dedicarle tiempo para conseguirlo.
No se recomienda arreglarlas antes de acostarse, ya que pueden quedar marcadas por las sábanas, ni tampoco antes de trabajar, pues se perdería su pintura. Tampoco antes de vestirse, pues habría que tener un especial cuidado y resultaría muy incómodo, ni igualmente antes de entrar en la ducha, pues la humedad hace que no se adhiera esmalte.
Cuando las maquillemos debemos llegar con la pintura hasta la piel, para luego retirarla con un bastoncillo untado con disolvente, aplicándolo solo en la mancha sin tocar la uña.
Hay veces que las uñas se hacen amarillas, para blanquearlas podemos frotarlas con zumo de limón.
Para secarlas rápidamente les podemos aplicar agua fría, simplemente con ponerlas debajo del grifo, puede ser una solución, aunque esté recién dado el esmalte no se estropea.
En cuanto a la alimentación para tenerlas sanas y bonitas, se recomienda beber mucha agua para que estén hidratadas y hacer la manicura diariamente para evitar grietas y astillas. También cuidar el consumo de calcio en la dieta, pues este hace falta para endurecerlas y evitar el alcohol que las agrieta.
Cuando ya tenemos aplicado el esmalte y queremos que este nos dure tiempo, podemos aplicarle un brillo al terminar. Otro truco para el esmalte es conservarlo en el frigorífico, el frío lo hace mantenerse la textura más suave.
Usa siempre guantes de goma, preferentemente de látex, evitarás el extremo contacto con agua, detergentes o productos químicos, nada recomendables para conseguir unas bonitas uñas.
Fuente: cosas de salud