Hoy volvemos a hablar de cosmética en nuestro blog, y lo hacemos de la mano de uno de los productos que se ha puesto de moda y que podemos encontrar en casi todas las marcas, ya sean de lujo o de las más asequibles por las que casi todas optamos actualmente con la crisis. Hablamos como no podía ser de otro modo del aceite de argam.
En realidad el aceite de argam se ha llevado al mundo de la cosmética desde hace siglos en las zonas árabes, pero al viejo continente hace más bien poco que ha llegado, pero una vez lo ha hecho parece haber conquistado a casi todas las mujeres de Europa.
Aunque no es para menos, porque las propiedades que se le atribuyen se utilizan para casi todo. Aporta brillo y luminosidad al cabello; ofrece una máxima hidratación como loción corporal; es capaz de ser un aliado reparador contra los excesos del verano en la piel de la cara, o es perfecto para darnos un baño de espuma como esos que llevan tiempo esperando. Y claro, con todo esto a su favor, ¿se le puede pedir algo más al aceite de argam?
Yo de momento estoy probando una serie de productos con él como compuesto, y ya les contaré qué tal me ha ido con ellos en los próximos post.
