Llega el verano, las vacaciones, la playa… Y por si no tuviésemos bastante con tener que depilarnos enteras, somos muchas las que nos damos cuenta horrorizadas de que no hemos cumplido bien con nuestra particular “operación bikini“, y que el susodicho no nos queda tan bien como el año pasado.
Ante todo, hay que mantener la calma. Si te pasa eso, recuerda que no eres la única, y que antes de hacer tonterías con “dietas express”, es mejor tomárselo con sentido del humor, y seguir unos pequeños consejos:
- No tengas prisa en perder peso. Cuando se pierde peso rápidamente es mucho más fácil volver a recuperarlo enseguida.
- Toma al menos cinco comidas. Es preferible comer más veces, en cantidades pequeñas, a pegarte atracones a la hora de la comida y de la cena.
- ¡Muévete! La dieta no sirve de nada si no se acompaña de un incremento de la actividad física. Si tu ajetreada agenda no te permite ir a un gimnasio, procura ir andando a trabajar, y olvídate de usar el ascensor. Te sorprenderá la rapidez con la que tu cuerpo se tonifica y se pone más firme.
- No te fíes de las dietas milagrosas, que normalmente acaban eliminando nutrientes indispensables para tu organismo.
- Bebe dos litros de agua al día. No esperes a tener sed para beber agua, pero tampoco te pases. Beber más de tres litros diarios puede ser perjudicial para tus riñones.
- Si tienes dudas, consulta a un especialista para que te elabore una dieta personalizada en función de tu estilo de vida.
- Y lo más importante: no te sientas presionada para adelgazar. Hazlo por salud, no por seguir estereotipos estéticos, y recuerda que la belleza no tiene nada que ver con el 90-60-90.