Salir de un baño relajado, y pisar un ceped mullido y cien por cien natural es de lo más reconfortante.
No te lo crees, pues si es posible.
Es una alfombra sobre la que crece auténtico musgo que se mantiene vivo gracias a la humedad del cuarto de baño.
Una sensación refrescante y tan natural que la relajación detrás del baño ahora tendrá su complemeto ideal.
Fuente: coroflot
Mury, un beso