Los colores, empleados en los baños árabes, para las paredes que no se encuentran cubiertas por azulejos suele ser el rojo y el amarillo tierra.
El rojo, que toma un tono oscuro por entrar la luz a través de las celosías colocadas en las ventanas, es un color que aporta intimidad, relajación y concentración.
El amarillo, por el contrario es un color muy vital, aporta luz, alegría y extroversión.
La elección dependerá de cuales son los efectos que buscas al entrar en tu baño.
Aunque podrías mezclar los dos y tener los dos lados de los baños árabes.
Un besito, Mury