Ir a vivir con alguien es un paso muy importante y, debemos tener en cuenta una serie de cosas, antes de dar el paso. Durante la etapa de noviazgo, todos mostramos nuestra mejor cara, estamos interesados en los intereses del otro, sonreímos, siempre estamos de buen humor y buscamos estar lo más atractivos posibles para el otro. Esto hace que sea muy común cometer el error de idealizar a la pareja y, con ello, nuestra relación. Esa es la razón por la que debemos ser realistas. Por eso, debemos conocer los aspectos que no nos van a gustar de nuestra pareja y, en el momento en el que los conozcamos, lograr aceptarlos.
También, en  ocasiones, cuando se empieza a convivir, se aguanta cosas que decimos  que no nos importan: pero, en realidad son más graves de lo que  pensábamos y ponen en riesgo nuestra relación de pareja. Por eso,  durante nuestra relación debemos mostrarnos como somos realmente, con  todos nuestros defectos y con todos nuestros puntos fuertes, sin miedo a  que nuestra relación se hunda. Si fingimos y no vamos a vivir con  nuestra pareja, en el momento en que empecemos a convivir, todo eso  saldrá a flote y, con ello, la relación estará en peligro. Nos vamos a  sentir mal y nuestra pareja se sentirá engañada.
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