Estoy leyendo Yo dona y hay un artículo interesante sobre la concienciación de las firmas cosméticas con el medio y la sanidad de sus clientes.
Ya sabéis que un modo de denominar a todo este movimiento por la preservación de la naturaleza es la palabra «verde» y es como lo define el artículo, cosmética verde.
En definitiva diferentes marcas se han pasado o nunca han dejado de estar en la línea verde y ofrecen a sus clientes productos naturales o pretenden eliminar de ellos los componentes químicos que puedan ser dañinos para la piel.
Pero en todo el artículo solo he constatado que algunas de las firmas tienen propósitos pero no se si los han llevado a cabo.
Todo suena a marketing, muy bonito y atractivo para aquellas mujeres que están interesadas en el medioambiente y su protección pero pocas son las empresas que realmente se mojan.
Por ejemplo de la marca Alqvimia, fundada por Idili Lizcaino, indican que sus productos son para ser aplicados con calma y un lento masaje mientras se aspiran los aromas que emanan.
¿Qué tiene eso que ver con llevar o no componentes químicos? Nada.
Otra en Green&Spring recurren al romero, el tomillo y la lavanda. ¿Y a qué más? Queda muy bien decir los componentes naturales pero no sabemos si son o no los únicos o al menos no lo menciona el artículo.
Rituals, vende que pretende equilibrar el ying y el yang, ¿ y con eso ya debemos deducir que son 100% naturales?.
Kiehl’s se ha comprometido con poner en sus etiquetas todos y cada uno de los componentes que lleva. Mira, pues eso le honra, pero no indica que tenga interés por el entorno más allá de avisar al usuario.
Y así podría continuar con marcas como Klorane, Weleda, Darphin y Clarins, Carla Royo Villanova, BB Creams, Lierac , etc.
Muy buenas palabras para la promoción pero en hechos reales nada que indique que sean «verdes».
No nos dejemos engañar si realmente queremos algo natural deberemos hacerlo nosotras mismas o confiar en los ados.