¿Demasiado sensible? Maneja tus emociones

¿Demasiado sensible? Maneja tus emociones 1

Ser muy sensible no es nada malo, aunque es cierto que, en ocasiones, puedes parecer un poco histérica. Llorar en todas las películas o sentirte demasiado afectada por las cosas que suceden a tu alrededor son el menor de la problemas. A veces, ser demasiado sensible implica también que tus sentimientos se apoderen de tus decisiones racionales, y es así donde empieza el problema.

Por eso, hay algunas pautas de conducta que pueden ser muy buenas aliadas a la hora de manejarte con tus sentimientos.

  • Maneja las emociones: tenlas controladas para que no se vuelvan en tu contra, pero tampoco en la de los que te rodean. Antes de dejarte levar por lo que sientes, tómate tu tiempo.
  • Escucha a tu intuición: a veces, hacer caso a la intuición y a tu sexto sentido puede ser todo un acierto.
  • No te avergüences: ser sensible no es algo de lo que tengas que esconderte, ni algo por lo que vayan a juzgarte de manera negativa. Quiérete como eres, porque te lo mereces.
  • No vayas contracorriente: ser sensible es una parte más de ti, forma parte de tus rasgos personales. Por eso, no sirve de nada que luches contra lo que te dicta el corazón. Si te hieren la sensibilidad ciertas cosas, no las hagas. No te fuerces, será peor.
  • Aprende: no dejes escapar ni una sola de las lecciones que aprendas gracias a tu sensibilidad, y da gracias por tener esa capacidad de percibir cosas que para otros son insignificantes.

Eso sí, está genial que seas sensible, pero también es muy importante que sepas cómo manejar esas emociones para que no se te apoderen.

Foto de love is pain

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