Este síndrome tiene lugar en la recta final del embarazo, es una reacción que provoca la ansiedad y el deseo de tenerlo todo listo para cuando nazca el bebé.
Esto es una causa que se contradice, pues en la última etapa del embarazo, es cuando la mujer más pesada y agotada se siente, sin embargo saca fuerzas naturales de su estado físico y emocional.
A nivel físico es como una prueba que somete el organismo para que en el momento del parto, el cuerpo esté en forma y bien preparado para afrontar el parto.
Desde el punto de vista emocional, es como una forma de evasión que utiliza la embarazada ante el miedo de la llegada inminente de dar a luz.
Todo ello es una muestra clara de la ilusión que supone esta nueva llegada de un hijo al mundo, pero esto no significa que la que sufre con menor frecuencia este síndrome, tenga menos ilusión en el nacimiento de su nuevo hijo. Siempre es más común en las futuras madres nerviosas e impacientes que en las de carácter más tranquilo y relajado.
Si alguna vez te ves en este estado, intenta no estar quieta, haz alguna actividad, pero no hasta el punto de ponerte a fregar toda la casa o subirte a las escaleras para descolgar las cortinas y lavarlas, pues aunque te sientas con fuerza para ello, puedes poner en riesgo tu físico y el del bebé al dar pie a caídas o golpes.
Alguna actividad para distraerte puede ser algún ejercicio de gimnasia, escribir, caminar, cocinar recetas elaboradas, organizar la habitación de tu bebé, su ropita…
Es decir, cualquier cosa que te agrade y que te haga sentirse entretenida.
Fuente: bebes y mas