¿Es egoísta el amor?

 

 Los términos “amor” y “egoísmo” parecen contradictorios. ¿Realmente lo son?
Sabemos que la palabra «amor» encierra muchos matices, según se use en un sentido amplio o concreto. Así, podemos hablar de amor en la amistad, en la familia, en la pareja, amor a los animales, al prójimo, a las plantas, a los libros y, en general, amor en un sinfín de relaciones. Es evidente que para que exista amor debe existir una relación, ya entre personas, ya entre persona y objeto o animal. El que ama lógicamente es una persona, aunque los animales también demuestran amor; pero tal vez -porque no lo conocemos desde su interior- sea diferente al humano. El ser amado puede ser otra persona, animal o cosa.

Me refiero ahora al amor entre personas, por ser el que más conocemos y sentimos, tanto como sujetos y como objetos del mismo.

Es un sentimiento superior, tal vez el más sublime, que podemos tener. Se supone que si sientes amor hacia una persona deseas para ella lo mejor, sin pedir nada a cambio, sin reproches, así como capacidad de sacrificarse por ella y de darle lo mejor de ti.

¿Pasa eso en las relaciones de pareja y amistad?. No veo que suceda, pues generalmente queremos ser correspondidos. Y no me refiero sólo al sentimiento en sí, sino a que, en el fondo, exigimos una contraprestación por lo que hacemos por el ser amado; si no la tenemos, entonces lo reprochamos tarde o temprano y nos sentimos defraudados. También esperamos agradecimiento y unas reacciones similares a las nuestras.

Por otra parte, no sé si nuestros deseos en el caso de la pareja son los mejores para ella, ya que si así fuera, no nos sentiríamos heridos, ofendidos y hasta enfurecidos cuando la persona a la que amamos está con otra (si es infiel, será porque le apetece o se siente a gusto con ella); si se divierte sin nosotras, pareciera que debiéramos alegrarnos,… y así más ejemplos se podrían poner.

Dicen que el amor más puro es el de una madre hacia a sus hijos. No me cabe duda de que quieren lo mejor para ellos; de que se alegran de su felicidad hallada fuera; de que son capaces de sacrificarse por ellos hasta límites insospechados,…Pero ¿no esperan las madres algo de sus hijos?, ¿no exigen la correspondencia en muchas facetas?.

Sé que este amor del que hablo puede acabar haciendo que «el amante» sea una especie de esclavo de su amado.

Pero entonces ¿qué es el amor?.

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