Está comprobado científicamente que la pasión no es eterna en una relación sentimental. Rocío Bravo, autora de este artículo, nos lo cuenta de manera personal.
En mi opinión, en cualquier pareja, la pasión va seguida del amor. Pasión y amor, son distintas fases y, cada una a su debido tiempo, hacen que la relación se estabilice y sea completa. Conocí a Adolfo hace más de dos años, y aún recuerdo cómo tembló mi cuerpo al cruzarse nuestra mirada.
Durante un año, la pasión hacia él se adueñó de mí, pensaba en él ardientemente, en cómo serían nuestros encuentros, cómo sería nuestro primer beso, hacer el amor con él por primera vez. Era perfecto, me enamoré locamente.
Pero esos sueños despiertos en mi interior fueron sueños rotos al poco de empezar a salir con él.
Nuestros encuentros íntimos no se parecían ni lo más mínimo a lo que yo había imaginado, y en una de nuestras charlas, Adolfo me confesó que, tampoco se semejaban a lo que había soñado él. No conectábamos.
Y sí había amor, mucho, tanto que alargamos nuestra relación más de 1 año para así demostrarnos a nosotros mismos que ese cariño, ternura y amor podía volver a despertar la pasión que un día, hizo estremecernos con una sola mirada.
Pero lamentablemente, la pasión da paso al amor, pero esto no es respectivo.
AMOR+AMOR+ CERO PASIÓN, es igual a UNA GRAN AMISTAD.
