No hace falta ser un masajista profesional para lanzarte a relajar a tu pareja, solo necesitas tus manos y un poco de pericia.
A veces no se sabe por dónde empezar, no hay que tener miedo, no vas a hacerle ningún daño, solo hace falta un poco de habilidad.
Recuerda que sólo estas rehabilitando la sensualidad y la relajación, para ello utiliza las puntas de los dedos y ejerce una presión mínima y sutil. Utiliza aceite o alguna crema para que tus dedos puedan deslizarse suavemente. Busca las partes más sensibles del cuerpo: glúteos, pies, pecho, cuello… (cuidado con la zona genital, el aceite ni las cremas son recomendables ahí).
Los movimientos han de ser circulares y suaves, empezando por la espalda y con dirección hacia abajo. Sigue tus instintos y observa las reacciones, continuando por la zona donde más le haya gustado. Se puede acompañar todo este momento con música suave, velas y un ambiente acompañante.
Uno de los objetivos de esta situación es la oportunidad de conseguir el placer y acercamiento de tu pareja, además de satisfacerte a ti misma. Hay parejas que disfrutan los masajes de un modo muy especial, ya que es una oportunidad de dar y recibir no simultáneamente como en el acto sexual. Se convierte en una manera de excitación del uno al otro de forma individual.
El masaje es muy especial para las mujeres, es semejante a una caricia, un beso…produce con su efecto un incremento de las hormonas sexuales femeninas, las cuales, son las responsables de la excitación y la preparación para el coito.
Fuente: el confidencial