Sin necesidad de mucho esfuerzo, sin leer siquiera, las viñetas de El Roto te lo muestran.
El Roto, seudónimo del veterano Andrés Rábago (Madrid, 1947) ha presentado en Madrid el segundo volumen de su diccionario ilustrado. En las más de 170 viñetas el tono descarnado es el denominador común de las críticas del autor contra el nacionalismo, el terrorismo, la religión y el capitalismo descontrolado. Le tocó empezar su carrera bajo el franquismo. En esa época usaba el seudónimo de «Ops», que fue coexistiendo con el actual.Su forma de ver es como su forma de ser, a juzgar por sus respuestas, en distintas entrevistas a los medios al preguntarle sobre su obra:
–Lo que acabo de pensar nunca lo dibujo al surgir, espero un tiempo; luego, busco la imagen apropiada y la situación en la que esa idea pensada pueda encajar. Así la voy desbastando hasta dejarla en su expresividad máxima con el mínimo de palabras.
–Me dejo llevar por mi intuición, por cosas que me interesa decir, nunca sigo los temas políticos de actualidad, trato temas de mediano plazo, de largo plazo, problemas que sé que van a estar ahí cierto tiempo.
–No me interesan los personajes públicos: ya tienen sus vehículos y dicen lo que piensan. Soy una persona bastante solitaria, lo que procuro es tener mucho silencio alrededor. No tengo televisión, apenas oigo la radio, mantengo en mi entorno un silencio que me permite escuchar lo que está en el aire. Sería algo así como guardar silencio para poder oír.
–La actualidad es como el mar, en la superficie está el oleaje, el mero vaivén, pero por debajo van las corrientes profundas, las que a mí me interesan más.
–Más que formar opinión yo creo que expreso opinión. Me parece útil ayudar a que la opinión que ya está formada en una persona cristalice y tome forma. No estás formando opinión, estás ayudando a que salga a la luz.
–La realidad es tan aberrante que, por sí misma, se convierte en sátira con todo lo que está pasando.
–La mentira y el dinero se han convertido en lenguajes universales. Sólo soy el amanuense de una forma de pensar que está ahí. Pero yo, por mí mismo, probablemente no existo.
Tuve la ocasión de ver en Sevilla la exposición itinerante de «El chaparrón», donde sus viñetas muestras los problemas que afecta al medio ambiente. Realmente geniales.