Ya no son niños y necesitan más que nunca un rincón propio y personal dentro del hogar. Lo más importante para ellos: participar en el diseño de su habitación. Lo más importante para los padres: crear un espacio confortable que los invite al estudio y al orden.
El punto de partida a la hora de cambiar el mobiliario y decorar un dormitorio juvenil es contar con su opinión. Están en un momento de la vida en el que están descubriendo o reafirmando su personalidad, por lo que resulta vital que acompañe a los padres a elegir los muebles de su habitación. Aunque los padres le ayuden en la elección e incluso tengan la decisión final (“quien paga, manda”), la mejor manera que se sientan bien en su habitación es diseñando-según su gusto.
Lo primero que hay que tener en cuenta para que un espacio pase a ser juvenil es eliminar cualquier motivo infantil, incluidas posibles cenefas en las paredes. Una capa de pintura ayudará a potenciar el cambio, podemos optar por un color neutro como el blanco o uno relajante como el azul o el verde pálidos (especialmente efectivos si el joven es hiperactivo). En caso de que sea tímido, un toque de naranja o amarillo el estimularán. También podemos pintar una pared de rayas o decorarlas con vinilo en caso de querer un toque más original. Si las cortinas también necesitan un cambio, un estor dará un aire más informal y actual en la estancia.
Fuente: decopeques
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