Suegra versus Nuera

Las suegras tienen mala prensa, como se suele decir; pero respecto a las nueras más que respecto a los yernos.

Desde luego, hay de todo y, como siempre digo, no es bueno generalizar, porque hay suegras que realmente quieren a sus nueras, las ayudan, no se meten en la pareja y la relación entre las dos es muy buena.

Pienso que esa mala fama de las suegras se debe al excesivo afán protector hacia sus hijos varones, a los que inconscientemente tal vez siguen considerando unos niños, a los que hay que cuidar y, como de cuidados ellas entienden mucho porque son sus madres y los atendieron desde que nacieron, pretenden que la mujer con la que viven siga sus patrones, que lógicamente para ellas son los mejores y todo lo que se aparte de ellos, perjudica a su querido hijo.

También hay aquéllas a quienes las frustraciones personales con sus propias parejas las llevan a volcarse en su hijo, sustituyéndolo, en cierta manera, por su marido o compañero; de manera que la nuera es su enemiga porque es la que se lo ha robado.

En los dos casos son mujeres absorbentes, que no soportan que otra mujer interfiera en la relación con su hijo, creen que pasan a un segundo plano y no están dispuestas a dejar de gobernar la vida de aquél, aunque lo hayan hecho de una forma sutil.

Serían más dignas de lástima que de otra cosa; pero, claro, si llegan al grado de irrumpir en la vida de la pareja, no es de extrañar que la nuera acabe aborreciendo a su suegra, ya que está poniendo en peligro su relación y a veces acaba con ella.

El hijo se encuentra en una situación difícil y delicada, no cabe duda; pero de su actitud creo que va a depender bastante, o mucho, la continuidad con la supuesta contrincante de su madre. Hay hijos que, por el llamado “complejo de Edipo”, no logran encontrar la fórmula para afrontar ese enfrentamiento por parte de su madre y también hay nueras que no son capaces de tolerar la más mínima intromisión, lo que, desde luego, no ayuda nada a la conciliación.

Mejor no encontrarse en ese caso; pero si llega, me parece que de la suegra poco se puede esperar pues no reconocerá su error y en cambio, el hijo y la nuera sí pueden estar unidos y buscar juntos la mejor manera de solucionar el problema, sabiendo cuál es la posición o papel de cada una y que no se trata de una competición entre ambas para ganar el cariño o la atención de él: hay límites que no se deben traspasar.

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