Seguimos hablando de las consecuencias que traerá la convivencia con una nueva pareja. Si nuestro hijos son adolescentes, pueden suceder dos cosas: primero, que nuestro hijo sea más maduro de lo que podríamos esperar y asumir esta nueva situación, aunque no les acabe de gustar, o que la rechacen, de una manera absoluta, lo que va a crear problemas en la pareja, creando situaciones violentas, teniendo una personalidad antisocial, sacando malas notas o, incluso, utilizando las drogas como refugio. De todas maneras, los psicólogos dicen que hay que hablar con claridad con nuestros hijos, eso sí, teniendo en cuenta la edad de nuestros pequeños; dejar que ellos expresen lo que piensan, sin censurar sus palabras –aceptar la frustración que sienten, las malas palabras hacia nuestra nueva pareja e intentar que por lo menos la acepten-. Y, ante todo, que entienda que esta persona forma parte de su vida, y la deben aceptar.
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