En estos tiempos que corren, en los que nadie parece querer atarse a nadie, y las relaciones raramente son para siempre, muchos han optado por unirse a la corriente del “amigo con derecho a roce”. En este tema existe cierta controversia entre los que piensan que una relación así jamás podrá funcionar y los que ven en ello la relación ideal, ya que pueden tener “sexo de confianza” de forma regular y sin ningún tipo de ataduras emocionales ni complicaciones.
Emily Dubberley en su libro Sólo quiero sexo explica que una relación de este tipo no suele alargarse por más de tres meses, tiempo tras el cual la pasión tiende a desaparecer.
Una cosa muy importante a tener en cuenta (sobre todo en este tipo de relaciones) es que ambas partes deben tener muy claro la naturaleza de su relación para no caer en sorpresas desagradables.
Muchas personas temen deteriorar la amistad al introducir el ingrediente del sexo. La solución podría ser llamar de vez en cuando a un ligue esporádico y convertirlo en un ligue regular pero sin meter sentimientos de por medio (recuerda que si es eso lo que quieres debes dejarlo muy claro desde el principio para evitar herir a la otra persona).
Mi opinión personal respecto a este tema es que difícilmente una relación de este tipo se puede llevar a cabo sin que alguien salga dañado. Normalmente para que haya sexo entre dos personas debe darse la química y el deseo, e inevitablemente esos componentes pueden llevar fácilmente a situaciones de celos cuando una de las partes tiene sexo con otras personas (cosa perfectamente posible en este tipo de relación).
No todo el mundo puede tener un amigo con derecho a roce. Ha de tenerse una mente abierta, mucha seguridad en uno mismo y saber mantener a raya las emociones. Se da muy frecuentemente el hecho de que uno de los dos acabe enamorándose del otro, o que adquiera cierto sentimiento posesivo que haga que intente manipular la relación para convertirla en una relación de pareja, lo cual acabará siendo muy doloroso si el otro tiene claro que no va a sentir ningún sentimiento por el primero (a parte del de amistad) y va por ahí dispuesto a enamorarse de otra persona…
Si eres tu quien quiere iniciar una relación de este tipo deja las cosas claras desde el principio y presta atención a los “síntomas”… En cuanto notes que el otro empieza a sentir algo más que “simpatía picante” ponle fin a la relación antes de que sea demasiado tarde.
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