¿Y no podría ser un traje de neopreno?
A ver si tanta creatividad, tanta tecnología puesta al servicio de la moda y tanta modernidad y no hay ningún diseñador que sea capaz de crear un bañador o bikini o trikini o bikidor o bañakini que cubra hasta el tobillo, que disimule los michelines, que sea transpirable y que deje pasar los rayos del sol para poder broncearte. No será tan difícil, digo yo.
Y es que, ahora llega el momento de enseñar.
Todos los excesos del invierno han podido permanecer disimulados con el abrigo, el jersey ancho, los leotardos de lana pero, en bikini, ¿dónde escondes la mollita?
Y es que, yo creo que las carnes, en verano, se explayan o se “expiscinan” (según preferencias) y se sueltan a sus anchas después de la presión de las medias a las que han estado sometidas.
Mi teoría es que, con el calor, me dilato. La ropa de invierno te contrae, puedes disimular esas curvas que se convierten en peligrosas cuando vas con la cacha al aire.
Yo me aprovecho de los vestidos sueltos y vaporosos que puedes ponerte en verano pero, ¿qué hacer en la playa o en la piscina? No existen los bikinis o los bañadores vaporosos, es lo que tienen esas prendas minúsculas que cumplen a la perfección su cometido, claro.
Creo que la mejor opción será dejar a un lado los complejos y disfrutar del calor, el solecito y un refrescante baño sin tapujos, sin pensar en el michelín, sin comparar, sin miedo.
Ya no tengo edad para presentarme a Miss España ni creo que Interviú me quiera llamar para hacer una portada, así que, no voy a privarme de esa refrescante cervecita a la orilla de la playa pensando que puede instalarse en mi contorno abdominal. Luciré mi traje de baño con elegancia y seguridad y dejaré que mi cuerpo se exhiba en todo su esplendor. Siempre puedo decir que reboso salud.