El sujetador es una de las prendas femeninas más importantes y no todas las mujeres se sienten a gusto o no terminan de encontrar su modelo ideal para que luzcan a la perfección y se sientan a gusto y cómodas con él. ¿Y cuál es el problema para que esto ocurra? Pues que, sencillamente, no escogen la talla adecuada a su busto y ello hace que luego tenga sus consecuencias. Puede que no sea una tarea fácil, pero tenemos que tomárnoslo con calma e ir probando tallas y formas hasta dar con el más idóneo para nuestro cuerpo. Esto hará indispensable visitar un comercio especializado dónde nos puedan aconsejar a medida e incluso entrar con nosotras al probador para ajustarnos y asesorarnos la mejor prenda.
Otra cosa a tener en cuenta es que un sostén de calidad siempre nos resultará mucho más agradable y duradero, por su tipo de confección más elaborada y estudiada, los materiales con que está realizado harán que no nos pique, nos rasque, se nos clave o nos resulte incómodo de llevar durante todo el día. Cada vez que adquiramos una pieza nueva, tendremos que lavarla antes de comprar otra igual, para apreciar su comportamiento después de lavarlo (que no encoja, por ejemplo).
Tenemos que tener paciencia y probarnos todas las tallas necesarias hasta dar con la adecuada. Es una tarea quizás costosa pero que luego agradeceremos. Cuando hayamos encontrado la medida ideal, nos probaremos una camiseta por encima para ver el efecto final y decidir si realmente nos convence la forma de pecho que nos hace. Debemos ajustar bien tirantes y corchetes, para que no se nos claven las costuras y eso afecte a nuestra circulación, comodidad e imagen.
En el mercado existen 3 tipos de copas: las denominadas A, para mujeres con gran espalda y más bien poco pecho, las B, para chicas con pecho y espalda proporcionados y el tipo C, con mucho pecho y poca espalda. Teniendo en cuenta nuestras características físicas, deberemos optar por una forma u otra.
Nunca compres un sujetador que no te convence, rechaza cualquier oferta que no te satisfaga totalmente ya que si después no lo usas porque no te sirve, por poco que te haya costado, tirarás totalmente el dinero.
Si siempre has usado una talla 95, por ejemplo, no debes encerrarte en ella. Cada fabricante tiene un patronaje distinto y puede que de uno uses una 90 y de otro una 95. No por ello quiere decir que hayas engordado o estés hinchada. Es más, puede que hayas perdido peso pero el volumen de tus pechos no se haya visto alterado. Esperemos que estos consejos te hayan servido para encontrarte más a gusto con tu próxima adquisición.