¿Cuántos católicos hay en España?

 

Es un hecho difícil de determinar, pero las encuestas dan cuenta de que cada vez hay menos interés religioso.

El ejercicio de la apostasía esta creciendo, y ya se han hecho varias entregas masivas de solicitudes. Sobre todo en Valencia y Madrid, donde se han presentado casi 5.000 desde 2.004. La Conferencia Episcopal dice desconocer el número de apóstatas. Señala que es un tema que llevan directamente las distintas diócesis. Ante la imposibilidad de que algunas diócesis acepten sin más, con una mera solicitud, inscribir la pérdida de fe junto al bautismo, 135 bautizados han acudido a la Agencia de Protección de Datos en el último año y medio para pedir ayuda. Y han ganado. Pero los arzobispos, sobre todo los de Valencia y Madrid, están haciendo caso omiso de las resoluciones de la Agencia y las están recurriendo ante la Audiencia Nacional, que todavía no ha dictado sentencia en ninguno de estos casos.Otros arzobispados, sin embargo, no plantean problemas a los fieles para que dejen de serlo y anotan la apostasía junto al bautismo. Eso sí, lo que no hace ninguna diócesis es borrar los datos de los bautizados, como piden algunos.

La Iglesia dice que: «los libros de bautismo no son ficheros ni bases de datos, sino un registro que da fe de un hecho histórico».

La Agencia de Protección de Datos admite que los registros bautismales son inviolables, según los acuerdos de la Santa Sede con el Estado Español de 1.979. El asiento en el registro bautismal no se puede borrar, ni se puede arrancar la hoja en la que consta. Coinciden con la Iglesia en que estos registros hacen referencia al hecho histórico del bautismo. Sin embargo, asegura que sí son bases de datos de carácter personal y que su contenido está protegido por la ley. Ésta ordena que los datos sean «exactos y puestos al día de forma que respondan con veracidad a la situación actual«.

De esta forma, la Agencia no reconoce a los solicitantes el derecho a que se borre su partida bautismal, pero sí a que se anote su decisión de abandonar la Iglesia Católica.

Extraído del diario El País, 07-10-07

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