Custo demanda a Desigual

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Según ha informado la agencia EFE, Custo Dalmau, el prestigioso modisto catalán, iniciará proximamente acciones legales contra la firma Desigual, a la que acusa de copiar sistemáticamente sus productos. A pesar de que reconoce que en el sector de la moda es habitual copiar ciertas tendencias o inspirarse en algo concreto creado por otra marca o diseñador, asegura que no conoce precedentes de copia sistemática de un proyecto global como el que lleva a cabo Desigual con la firma Custo Barcelona.

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El director general de Custo Barcelona, Carlos Sagalés, ha remarcado que las supuestas imitaciones que Desigual realizaría «tomando como base los diseños de Custo»  confunden al mercado y a los clientes. Asegura, además, que esta marca también les sigue en la apertura de establecimientos, y que ha llegado incluso a contactar con los  distribuidores de Custo Barcelona para la comercialización de sus productos.

Actualmente, la firma Desigual cuenta con unas 30 tiendas propias y unos 2.000 puntos de venta, de los que alrededor de 600 están en España y 1.350 en el resto de Europa, con alguno testimonial en Asia y América, en cuyos mercados empieza a abrirse paso. Algo impensable en el año 1981, cuando Thomas Meyer, un diseñador suizo de apenas 20 años, abrió una tienda de segunda mano en el puerto de Ibiza donde vendía las camisetas que él mismo diseñaba.

Una temporada,  Meyer se dio cuenta de que habían sobrado muchos tejanos, y se le ocurrió crear cazadoras hechas de cuatro vaqueros viejos. Ese producto se puso de moda y se vendió muy bien en Ibiza y en toda Europa, sobre todo en Alemania. Tras dos o tres temporadas de gran éxito de las cazadoras nació Desigual en 1984, acompañada de un logotipo rompedor que mostraba a dos muñecos desnudos y con el eslogan “Desigual, no es lo mismo”, que es obra de Isabel Coixet. El logo actual, que muestra una ese invertida, es obra de Frederick Thomas, el reconocido diseñador afincado en Barcelona.

Thomas Meyer, al frente de un equipo creativo compuesto de tres diseñadores, sigue marcando el espiritú de Desigual. La marca está muy ligada a la cultura urbana y a los grafittis, con diseños frescos e inconformistas, que apelan a la parte traviesa, joven y fresca de la gente.

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Custo Barcelona, por su parte, fue creada en 1996 por los hermanos Custodio y David Dalmau, hasta entonces asociados con la empresa textil Meyba que era la encargada de gestionar sus creaciones.  Ambos hermanos empezaron a diseñar a principios de los ’80, tras un viaje en moto por Estados unidos en el que descubrieron diferentes formas de vida -especialmente la de los surferos del sur de California- con un sentido de la moda que no seguía los dictados de las grandes pasarelas. Fueron los primeros diseñadores que hacían camisetas estampadas para hombre y su peculiar forma de coser las camisetas, combinando los estampados con sedas, dio un resultado tan original que no se podía encontrar nada parecido en todo el mundo.

La decisión de comercializar sus colecciones en el mercado americano, que en ese momento vivía un momento de apertura a nuevas ideas, fue un acierto que marcó el principio de una gran carrera. El intenso colorido de sus prendas, la cuidadosa mezcla de tejidos y la audacia de sus estampados llamó la atención de los periodistas norteamericanos, acostumbrados a los grises y negros del minimalismo que primaba en la decada de los noventa, y la primera colección que presentaron en la Semana de la Moda de Nueva York (primavera-verano 1997) apareció en las páginas de las principales revistas de moda.

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Sus continuas apariciones en prensa y televisión dispararon las ventas de la firma en Estados Unidos, provocando un creciente interés por la marca en los mercados europeos y asiáticos, donde se repitió el éxito de los diseñadores.  En poco tiempo sus camisetas sedujeron a los estilistas y directores tanto de cine como de televisión, que las elegían para vestir a algunos de los actores y actrices más de moda del momento.

También a éstos les conquistó el estilo colorista de Custo, lo que desencadenó un fenómeno que algunos medios de comunicación norteamericanos denominaron la «Customania».  Tras los actores de las series de televisión estadounidenses Friends y Sexo en Nueva York, que lucieron sus prendas en algunos capítulos,  también las vistieron algunos presentadores de la cadena de televisión musical MTV, y actores y modelos de la categoría de Claudia Schiffer, Julia Roberts, Natalie Portman, Penélope Cruz o Brad Pitt. Es más, en 2004 Barbie, quizás la muñeca más famosa del mundo, celebró su cuarenta y cinco cumpleaños vistiendo un modelo exclusivo diseñado por Custo Barcelona.

Los motivos más habituales en sus estampados han sido las flores, los animales,  la iconografía japonesa, los cómics manga, la imaginería hindú, el pop art de los años setenta y,  a partir de los años  2002-2003 (año en el que ganaron el premio Kore, el Oscar de la moda),  el patchwork y las rayas. Copiados en el mundo entero, a principios del siglo XXI circulaban miles de imitaciones de sus camisetas, hecho que parecía no preocupar excesivamente a los diseñadores catalanes. Sin embargo, últimamente la empresa ha emprendido una estrategia global  para luchar contra las falsificaciones, copias e imitaciones que dañan gravemente a la marca y su notoriedad:  «Nuestra empresa -han señalado-, lamentablemente, sufre los envites de la piratería y la competencia desleal desde hace ya muchos años, y a pesar de suponer un desgaste y un coste económico elevado, nuestra prioridad es combatirla con todos los medios a nuestro alcance«. 

Dentro de esta nueva política se enmarca esta demanda contra Desigual que está ultimando el bufete de abogados Cuatrecasas, con la que Custo Barcelona espera repetir la gran victoria obtenida recientemente al lograr el desmantelamiento por parte de la policía china, y tras dos años de investigaciones, de una red que desde Cantón distribuía prendas falsas con el nombre y la imagen de la marca a todo el mundo.

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