El color en la imagen personal

Una de las mejores bazas de las que podemos aprovecharnos para mejorar la imagen personal es el color y, además, es un parámetro muy importante en la comunicación interpersonal.

Cuando se observan los colores, éstos producen un efecto sobre nosotros mismos y sobre los demás en base a varios parámetros. Se presentan cuatro reacciones diferentes:

– La primera es a nivel fisiológico: hay estudios que avalan la reacción que producen en el cuerpo los colores según su pigmentación. Por ejemplo, el verde relaja y el rojo y el amarillo elevan la presión sanguínea. Estas virtudes se utilizan en la decoración, en el diseño de envases, etc.

– Por otra parte, el entorno sociológico o cultural educa para interpretar simbólicamente los colores. Por ejemplo, el negro es el color del luto en nuestro entorno y el blanco en Japón. A nivel inconsciente se asocian los colores vivos (fucsia, azul turquesa, amarillo, naranja claro, etc.) con personalidades alegres. Los colores que más utilizan los profesionales en su vestuario en el entorno del derecho, la economía, las finanzas y similares son el gris marengo, el azul marino y el negro. Estos colores están asociados con la seriedad y la confianza, valores necesarios en su profesión e importantes para sus clientes. Para tranquilidad de las lectoras, comentaré que el color no es la única forma de transmitir seriedad y profesionalidad a través del vestuario.

– También se reacciona según preferencias personales y supersticiones. Muchas personas tienen un color fetiche porque en determinada circunstancia vivieron un acontecimiento agradable cuando llevaban ropa de ese color, o un color que aborrecen por todo lo contrario.

– Y, por último, cuando el reflejo del color sobre el rostro favorece estéticamente hay una reacción positiva en el espectador y en uno mismo. Si ese reflejo destaca la sombra de las ojeras, del rictus o potencia un tono amarillento en la piel es porque ese color no es el apropiado para esa persona.

foto-color

La retina interpreta las distancias de los cuerpos según sean claros (se ven más próximos al espectador) u oscuros (más alejados). De ahí que estos grupos de colores tengan el efecto de «engordar» o «adelgazar» ópticamente.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, cuando se realiza un test de color personal, se buscan los colores que más favorecen estéticamente pero también aquéllos que estén de acuerdo a las circunstancias personales y profesionales del cliente y lo que quiere transmitir a través del vestuario en cada ocasión.

Montse Calvo. Asesora de imagen profesional.

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