«El error de redacción más frecuente son las frases muy largas» Entrevista a Mercedes Tabuyo, Correctora Editorial

 

 

Portal del escritor lanza un nuevo curso: el de Corrector Editorial. Una profesión -y un sector- en el que hay mucha presencia femenina y, actualmente, bastante demanda de trabajo.Nos lo cuenta Mercedes Tabuyo, profesora del curso y correctora para Anaya y SM, entre otras editoriales. Sobre el trabajo de Correctora, consejos a los/as autores, cómo funciona el mundo editorial…

Mercedes Tabuyo lleva varios años como correctora Editorial para editoriales como Anaya y SM, entre otras. Va a impartir también un Curso Profesional de Corrección Editorial en Portaldelescritor.com que comenzará el 16 de Julio. ¿Cuándo y cómo empezaste como correctora editorial?Realmente, creo que siempre he llevado una correctora en mi interior. Recuerdo mis tiempos de estudiante corrigiendo los cuadernos y trabajos de mis compañeras, así que hace mucho tiempo. Como profesional, empecé a corregir hace ya seis años.

Desde fuera, hay alguna confusión entre algunas figuras relacionadas con el mundo de la edición, si nos puedes explicar… qué es un lector editorial, qué diferencia hay con un corrector, y qué es un «negro literario«.

Bien: un lector editorial es la persona que recibe un ejemplar del libro que se va a editar para hacer un estudio del contenido. Hace una lectura en profundidad en la que su función es revisar que todos los personajes guarden una coherencia desde el principio; por ejemplo, si hemos dicho que Miguel tiene 17 años, que el texto sea consecuente con ello, que siga una progresión normal, que haga cosas propias de un niño de 17 años… Además, tiene que entregar un informe al finalizar la lectura en el que explique qué le ha parecido la obra, qué defectos o faltas le encuentra, qué modificaría, a poder ser, qué salida tendría en el mercado, a qué público va destinado…

Es una mezcla entre revisión del texto y estudio de mercado de la obra.

El corrector tiene que revisar el contenido de la obra desde dos aspectos: primero, desde el continente; es decir, que todo esté correctamente expresado, que los términos utilizados sean los adecuados, que haya una coherencia gramatical y sintáctica… Después, desde el punto de vista del contenido, realizando una labor similar a la del lector, pero más por encima
(se supone que el texto ha sido revisado por el lector con anterioridad).

Por último, un «negro literario» es aquella persona a la que se encarga la escritura de un original para que sea firmado por otra persona, en calidad de autor.

¿Cómo ves el panorama de la edición actualmente (especialmente en ficción)?

Actualmente, abundan las editoriales destinadas a escritores noveles o a la autoedición; el resultado es que, sobre todo en cuanto a ficción, se publica prácticamente de todo. Creo que debería hacerse una selección mayor. No todo el mundo vale para escribir; yo misma, como comentaba, prefiero corregir textos de otros a escribir los míos, porque reconozco que no tengo una creatividad especial para ello.

¿Qué es lo que más te sorprendió (y/o te sorprende) de esta profesión?

Sin duda, la cantidad de posibilidades correctas que puede presentar un texto. En corrección no existe un criterio universal, sino que las posibilidades dependen del bagaje cultural del autor/corrector, de su procedencia, del dominio que tenga del tema en cuestión… Un mismo mensaje puede expresarse correctamente de muchas maneras.

¿Cuál fue el primer libro que corregiste? ¿Y el que más te gustó o con el que más disfrutaste?

El primer libro que corregí fue un libro de texto de Geografía e Historia. Me gusta corregir libro de texto porque hay mucho a lo que prestar atención: pies de fotos, notas al margen, entradillas, títulos y subtítulos, hay que prestar especial atención a la maquetación, para que todo siga unas directrices que faciliten la comprensión por parte del alumno.

Además del libro de texto, me gusta corregir novela histórica, aunque a veces tengo que revisar el contenido varias veces porque me dejo llevar demasiado por el contenido, en lugar de centrarme en el continente.

Lo que menos me gusta corregir es la poesía, por su carga subjetiva.

¿Te sientes como un puente -necesario- entre autor y editor? De ambas orillas ¿con cuál te identificas más?

Creo que la figura del corrector es fundamental. Pero no solo en textos escritos, sino también en otros ámbitos como radio o televisión. Si en televisión escuchamos dequeísmos, leísmos, laísmos, verbos mal conjugados, vamos añadiéndolos a nuestro vocabulario, con lo que los errores se traspasan de unos a otros. En el mensaje escrito añadimos la dificultad de la grafía, de las normas ortográficas.

Dependiendo del estado del original, la identificación con autor o editor varía: si el texto no tiene muy buena calidad, la identificación es con el autor, ya que hay tanto que reescribir que prácticamente colaboramos en la autoría de la obra. Si el texto es correcto, nuestra labor se aproxima más al trabajo editorial.

¿Cuál es el error de redacción que más comúnmente debes corregir? Y de gramática u ortografía, ¿cuál es la asignatura pendiente de los autores?

El error de redacción más frecuente es la elaboración de oraciones larguísimas, que pierden el sentido inicial y despistan al lector del mensaje principal.  Generalmente, el autor tiene claro lo que quiere expresar, pero quiere hacerlo de un modo tan formal en determinadas ocasiones que se pierde en comas y nexos y termina por crear oraciones ininteligibles.

En gramática y ortografía cuestan mucho los dequeísmos, laísmos, leísmos, la elección entre g/j, b/v, la distinción de términos como hecho/echo… Podría enumerar varios, aunque lo que me parece más curioso es el reparto geográfico de errores, sobre todo en los primeros casos que comentaba.

Cuando lees una novela,  ¿te cuesta separar a la Mercedes correctora de la Mercedes lectora?

Creo que ambas Mercedes forman parte de mí desde hace años. Es importante cambiar la visión cuando se corrige un texto. Habrá documentos de temáticas interesantes para nosotros cuyo contenido nos engatusará y hará que prestemos menos atención a la corrección. Del mismo modos, cuando leeamos un libro por placer será inevitable ir buscando la errata que se le coló al corrector.

¿Es factible conseguir trabajo como corrector/a, hay demanda de correctores? ¿Qué requisitos debe tener un buen corrector?

Sí, hay demanda de correctores, y es factible encontrar trabajo con una formación adecuada. En los talleres de corrección, generalmente, no se exige una formación concreta al alumnado; si bien es cierto que una editorial tiene fácil la elección ante un candidato al que le gusta leer y tiene formación como corrector, y otro Licenciado en Filología, por ejemplo, con la misma formación práctica. No obstante, la experiencia tiene una gran importancia.

Un buen corrector debe ser una persona metódica, que preste atención a los detalles, que sea amante del lenguaje y la lectura y que tenga recursos lingüísticos y agilidad mental para proponer alternativas a los errores que encuentre en el texto.

Como correctora, ¿qué consejo/s le darías a un autor que va a mandar su libro a una editorial?

Aunque es importante que el corrector respete el estilo del autor a la hora de revisar su texto, recomendaría a los autores que mantuvieran la mente abierta a las sugerencias de estilo que reciban por parte de la editorial. El corrector no quiere modificar su texto, sino enriquecerlo.

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