Cuando hace unas semanas escribía sobre la importancia de la imagen personal en la venta, comenté que profundizaría en los diferentes aspectos que la conforman. Uno de ellos es el espacio personal y la disciplina que lo estudia se llama proxémica o proxemia.
¿Qué es la proxemia entonces? Es la distancia que mantenemos con el resto de personas cuando interactuamos con ellas. La distancia será cómoda o incómoda dependiendo de las circunstancias, la personalidad, la relación con esa otra persona, el entorno cultural, etc. con personas desconocidas esta distancia es mayor que con los conocidos y se irá reduciendo cuanto mayor intimidad exista con ellos. Este ejemplo es bastante claro: si en el autobús hay poca gente dentro, los viajeros de forma automática se irán colocando separados entre ellos, cuanto más vacío, mayor separación. Si un viajero se sentara junto a otro en estas circunstancias, el que ya estaba sentado empezaría a sentirse incómodo y violento porque habrían invadido su espacio íntimo. Si el autobús va lleno, este espacio personal se reduce inconscientemente (además de físicamente) y se permite un mayor acercamiento entre viajeros sin que esto suponga incomodo (más allá de ir apretados). La clave en estas circunstancias es no mirar a los ojos a la persona que está al lado y con ello no se le da «permiso» para entrar en ese espacio íntimo, aunque estén muy juntos.
Además de las circunstancias, también influye la personalidad: algunos se sienten incómodos a mayor distancia que otros. En cuanto a las diferentes culturas, por ejemplo los asiáticos orientales mantienen mayores distancias personales en las relaciones sociales y profesionales que los españoles y las culturas de oriente medio y norte de Africa, distancias menores que las nuestras.
En experimentos realizados en sesiones formativas, he observado que cuando interactúan personas de diferentes alturas, las personas altas encuentran su distancia de comodidad a menos centímetros que los menos altos. Probablemente se deba a que la persona de menor altura tiene que mirar hacia arriba y es una postura más incómoda que la de mirar hacia abajo, aunque esto es sólo una reflexión personal.
Los profesionales que nos dedicamos a la comunicación interpersonal y ayudamos a los demás a mejorar el lenguaje no verbal, damos mucha importancia al control de las distancias puesto que tiene gran influencia en el mundo laboral.
Por tanto, este aspecto es importante tenerlo en cuenta en las relaciones profesionales porque una persona que se encuentra en una situación incómoda por haber sido invadido su espacio personal, se pondrá a la defensiva y creará una barrera que puede ser contraproducente para una negociación, una venta o cualquier otra gestión profesional.
Montse Calvo. Asesora de imagen profesional.