El adorno personal de la mujer se remonta a la Prehistoria, más concretamente a la época Paleolítica.
Ya el hombre primitivo se pintaba el cuerpo de colores, siendo su próximo paso los colgantes, los cuales, ofrecían mayor vistosidad. Conchas, espinas de peces, caracoles, fósiles, dientes…aún cuando no existían instrumentos cortantes, los machacaba y adoptaba a su gusto, los agujereaba, pintaba…muchos de ellos se han encontrado en las sepulturas.
Esto demuestra que la fabricación de joyas es uno de los artes más antiguos del mundo.
Su significado ha ido cambiando a lo largo de la historia, si bien los hombres primitivos se adornaban con el propósito de trofeos de caza, poco a poco se le fue atribuyendo a las joyas los poderes mágicos. En Egipto, los utilizaban como forma de atracción a la mujer, algo muy diferente a la época de la Edad Media, en la que estas significaban símbolo de poder.
El concepto que no ha cambiado hasta nuestros días es el valor de la escasez, pues la avaricia humana ha dado siempre lugar a los bienes más preciados, por ello, cuando una joya era más difícil de conseguir, más era apreciada y valorada.
Los colores utilizados suelen dar el significado de las joyas. El rojo significa pasión, el púrpura riqueza, el azul pode, el negro fuerza, el blanco pureza, el amarillo cobardía, el verde alegría. A su vez la intensidad marca las emociones, los colores cálidos y fríos representan emociones concretas. La mezcla de varios colores significa distanciamiento, mientras la poca variedad significa unión.
Fuente: nosotras
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