Marta S. Martínez Bujanda: “El mundo del vino es una forma de entender la vida, es cultura, poder conocer otros países y paisajes a través de él”

Más de 130 años conforman la historia de Familia Martínez Bujanda, una de las familias bodegueras de referencia en La Rioja y en otras regiones vitivinícolas como Castilla La Mancha y Rueda. Cinco generaciones que han preservado el legado familiar de elaborar vinos a partir de viñedos propios localizados en enclaves privilegiados. 

Marta S. Martínez Bujanda fue la primera de su generación en incorporarse al negocio familiar. Estudió Dirección de Empresas en Zaragoza y, cuando finalizó sus estudios, residió en Inglaterra y Alemania. En 2002 se incorporó a la compañía para trabajar en el departamento de exportación y desde hace más de un año preside La Ruta del Vino de Rueda. Siempre ha defendido trabajar por la calidad a largo plazo y el mundo del vino para ella es: “Una forma de vida. Estoy feliz de poder disfrutar de lo que hago cada día”.

– ¿Cuáles son sus recuerdos más especiales vinculados al viñedo?

-Los fines de semana en época de vendimia, ir al campo, ver entrar la uva en la tolva, el olor a uva, la fermentación… eran fines de semana muy especiales. Como empresa familiar cuya filosofía es la de elaborar vinos exclusivamente con uvas propias, los viñedos han estado presentes en mi día a día.

¿Qué supone liderar la quinta generación de Familia Martínez Bujanda?

-Un orgullo y una responsabilidad. Orgullo porque pese a que en el sector del vino la fidelidad no siempre es fácil, nosotros tenemos clientes con los que llevamos trabajando desde hace más de 40 años. Y una responsabilidad porque tenemos que hacerlo de la mejor forma posible para perpetuar este legado.  

– ¿Cuándo tuvo claro que su futuro iba a estar ligado al mundo del vino?

-El vino ha sido mi pasado, presente y futuro. No ha habido un punto de inflexión. Además, para mí y para mi familia no es un trabajo. Es una forma de vida y estamos encantados de poder disfrutar cada día con lo que hacemos. 

-Familia Martínez Bujanda exporta el 70 por ciento de su producción a 65 países. Usted lidera el departamento de expansión internacional, un cargo de vital importancia ¿Cuáles son los retos actuales de una bodega que quiera exportar?

-Es un trabajo que empezó mi tío, Carlos Martínez Bujanda, con el convencimiento de que es una tarea a largo plazo. Son muchas visitas al mercado antes de abrir un país y una vez abierto, mucho trabajo de campo para posicionar tu marca. Hay muchas bodegas, muchos vinos … Tienes que fidelizar a los clientes ya que es muy difícil mantenerse en la mente de los consumidores con tantas opciones. Por ejemplo, ir a una feria como ProWein y ver la cantidad de miles de bodegas que exportan o quieren exportar te pone los pies en la tierra. 

– ¿Cómo es el camino hacia la excelencia en el sector vitivinícola?

-Es trabajo diario, desde el cuidado del viñedo hasta la atención después de la venta. Es mantener esa vocación que hemos heredado de nuestra familia y seguir avanzando con innovación, investigación y dedicación para posicionar nuestros vinos en lo más alto. Es no descuidar ninguna de las partes que están implicadas en el proceso.

– ¿Cómo ha evolucionado el papel de la mujer en el mundo del vino durante la última década?

-En todas las generaciones de mi familia, la mujer siempre ha tenido un papel muy activo de una manera u otra. Mi bisabuela y mi abuela iban al campo, mi madre se preparó para trabajar en la bodega. En la actualidad, en las bodegas hay igual número de hombres y mujeres trabajando. No hay una diferenciación de puestos. Los cargos y responsabilidades son indistintos al género. Lo ideal sería dar normalidad a esta presencia y que no hubiera que hacer ningún tipo de mención o comentario por esta equidad.  

-Si tuviera que dar un consejo a una mujer que quiere desarrollar su propio proyecto en el mundo del vino ¿Qué consejo le darías?

-Lo mismo que a un hombre: perseverancia. 

– ¿El mundo del vino es una filosofía de vida?

-Por supuesto que lo es. Mi vida está ligada en su totalidad al vino. No la concibo de otra forma y me gusta que así sea. Me permite ver la evolución desde nuestros orígenes, conocer a gente muy distinta y trabajar con el convencimiento de hacer las cosas bien para continuar el trabajo que iniciaron nuestros antepasados hace más de 130 años. 

 – ¿Cuál es el mejor momento para disfrutar de un buen vino?

-Todos y el que cada uno elija. A mí me encanta el momento de abrir una botella el viernes mientras preparamos la cena en familia, pero cualquier momento es bueno para abrir una botella.

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