La dulce Neus: víctima y verdugo

 

Neus Soldevila fue condenada a veintiocho años de prisión por inducir a su hija, de catorce años, a matar a su marido y padre, respectivamente, el 28 de Junio de 1981.

No he tenido acceso a la sentencia, por lo que escribo aquí está sacado de las noticias publicadas en distintos medios de comunicación. Casada con el empresario catalán Juan Vila Carbonell, con el tuvo seis hijos, sufrió -junto con ellos- una vida de discusiones y malos tratos, que dio lugar a que todos los miembros de la familia se unieran contra él. Por lo visto, el empresario daba órdenes absurdas a gritos, haciendo incluso desfilar ante él a sus hijos, a los que además hacía trabajar desde edades y horas muy tempranas.La dulce Neus, conocida así por su voz, al parecer no disponía de medios económicos suficientes, pese a la fortuna de su marido, por lo que se metió en negocios a espaldas de él, si bien hay quien afirmó que ella gastaba demasiado y que se sospechaba que tenía amantes.

La madre y los hijos hablaban con frecuencia, según declaraciones de la empleada de hogar, de deshacerse de Juan Vila, quien en los tiempos cercanos a su muerte padecía depresiones, que le llevaron a consumir en exceso tranquilizantes y alcohol, acentuándose su mal carácter. Por otra parte, Neus Soldevila se endeudó y la situación se hizo más angustiosa para ella, angustia que transmitió a sus hijos diciéndoles que si él no consentía la separación, se suicidaría.

Así las cosas, planearon matarlo de diversas formas hasta que el día 28 de Junio de 1981 hicieron realidad sus planes: Neus Soldevila, cuando su marido dormía profundamente, entregó a sus hijos una pistola, ya que ella no quería ser quien apretase el gatillo. Decidieron entre todos que lo haría Marisol, la hija de catorce años, que disparó a su padre en la nuca quemarropa.

La dulce Neus trató de justificar la muerte con versiones tales como un asalto por desconocidos; pero la empleada de hogar acabó confesando. Todos los mayores de dieciséis años resultaron condenados a distintas penas de prisión y la menor Marisol, a varios años en un reformatorio.

Después de varios años en centros penitenciarios de Barcelona y tras disfrutar de un permiso de fin de semana o estando en régimen abierto (no me quedó claro), se fugó a Sudamérica, siendo extraditada posteriormente.

Cumplió su condena y rehizo su vida con un nuevo matrimonio. En la actualidad escribe libros, además de dedicarse a un pequeño negocio. Afirma que no se arrepiente y que Juan Vila tuvo el final que se merecía; pero también su familia quedó resquebrajada para siempre: «Se rompieron definitivamente los lazos de unión entre nosotros».

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