«Selfie aquí, Selfie allá, mira hacia allí, mira hacia allá..» Sí, sí. Como lo leéis. El Selfie está considerado una enfermedad mental. ¿Os sorprende? Si estamos todos locos. Abre la galería de tu teléfono y mira cuantas autofotos tienes, o ve a alguna de tus redes sociales y comprueba cuantas de las fotos colgadas por ti o por tus seguidores y amigos se tratan de estas famosas fotos.
Un estudio afirma que se trata de una enfermedad mental, un trastorno obsesivo que ha nacido y viene pisando fuerte.
Pero esto no es de ahora, aunque es cierto que desde este año con el famoso «Selfie de los Oscars» se ha convertido en lo más visto por las redes sociales, hasta tal punto que los que no están metidos en este mundo confiesan estar hartos de ver «Selfies» a los que además bautizan con ese nombre. Digamos que ahora está «normalizado» porque un montón de estrellas de cine así lo decidieron.
Para explicar con argumentos científicos este fenómeno, la APA (Asociación Americana de Psiquiatría) ha elaborado un concienciado estudio que ha tenido como resultado este diagnóstico. Y es que el Selfie ha provocado una obsesión por sacarnos fotos a nosotros mismos para subir nuestra autoestima compartiendo en redes sociales. Este trastorno es conocido como Selfitis. Ahí queda eso.
Como todos los trastornos hay diferentes niveles y diferentes tipos.
SELFITIS AGUDA
El usuario que padezca este nivel se sacará como mínimo tres fotos al día y además las compartirá. Esté haciendo lo que esté haciendo, sólo o con alguien.
SELFITIS CRÓNICA
Contar tu vida, tus pasos, tus comidas, tus bebidas, tus horas de siesta, tus horas de sueño… lo que sea. Compartir cualquier cosa que estés haciendo a través de fotos, durante todo el día. Pues ya sabes lo que tienes si haces esto.
SELFITIS BODERLINE
Estos usuarios son un poco más íntimos. Se hacen un montón de fotos, pero al menos no son tan pesados, prefieren no compartirlas. Será para verse más monos.