Por lencería entiendo la ropa interior femenina que hace juego, el conjunto de sujetador y braguita, tanga o culote, el picardías, el corsé, los ligueros…
Según mi amiga la R.A.E. lencería es conjunto de lienzos de distintos géneros (definición que no me sirve) y también, ropa interior femenina, por lo tanto, las bragas sobaqueras estarían incluidas, ¿no? ¿O es que, dadas sus dimensiones, cuesta imaginarse esta prenda como “interior”? ¿Se decidió añadir el adjetivo de “fina” después de lencería, precisamente para evitar confusiones?
El otro día escuchaba que la faja se había puesto de moda. ¡Bien! Durante estos años de reinado del tanga, yo he sido una de sus súbditas aunque, debo reconocer que ha sido en contra de mi voluntad vaginal.
Cuando una amiga empezó a hablarme de las ventajas estéticas del uso de esta prenda, yo no dejaba de pensar que el tanga lo inventó alguien que un día se puso las bragas al revés y en lugar de reconocerlo, dijo que era una nueva moda. Cuando lo probé, me pasé las primeras horas intentado sacarme un trozo de tela del culo. Luego, acabé acostumbrándome.
No sé en qué momento volví a cubrirme los dos cachetes. Creo que fue Papa Noel quien me trajo unas bonitas bragas sin costuras que tenían un estampado muy colorista y original, y me invitó a recuperar mi antigua afición por lo ancho.
Lo cierto es que estoy más cómoda y me da exactamente la misma vergüenza que, al agacharme, se me vea la tirilla del tanga que la goma sin costuras de la braguita, aunque esto último, quizás, resulte menos sexy.
De todas formas, ya lo decía una sabia y profesional de la lencería; tienes más probabilidades de pillar cacho si te pones unas bragas tipo faja que si llevas las braguitas más pequeñas y sexys. (Bridget Jones).
