El origen del vestido de novia se remonta a 1910, comenzaba así un símbolo que aún perdura hasta nuestros días.
No es cierto que el significado del color blanco, signifique “pureza”, este color era el signo de la riqueza.
En 1920, las novias se liberaron y comenzaron a mostrar sus piernas con vestidos cortos y de línea recta. Los tocados se preferían informales y como tejido el terciopelo.
Hacia 1930, se comenzó a apostar por las líneas ajustadas y las mangas abullonadas, llamándose estilo victoriano.
En los del 1940, los modelos se inclinaron hacia el traje sastre, siendo el favorito de las novias durante la guerra.
La moda de los años 50 estuvo influenciada por Christian Dior, el cual, diseñó faldas muy largas, apostando por una mujer más femenina. Predominaba la fantasía, el glamour y el lujo desenfrenado, algo que encandilaba al mundo entero.
En 1960 los vestidos sufren la revolución sexual, se incorporan botones, cuello, mangas largas con puños, tocados con flores y velos cortos.
En 1970 el casamiento recupera importancia, se recuperan los volados y rodados, el pelo largo y suelto combinado con flores secas (era el preferido).
En los años 80 se marca la opulencia, marcando el estilo la famosa Lady Diana.
En 1990 la falta de compromisos hizo que los vestidos de novia perdieran protagonismo y se comenzaron a diseñar sin respetar tradiciones y normas.
Se podría decir que hay tantos modelos de vestidos de novia como mujeres existen. Las categorías se organizan por su formalidad, conforme sea la boda será el vestido, incluso la hora, el día y la estación también se convierten en influyentes.
Fuente: novia vestidos
