Dentro de las muchas campañas solidarias que se celebran a lo largo del año, Movember es una de las más destacadas cada vez que llega noviembre. Se trata de una iniciativa que nació en el Reino Unido para concienciar a los hombre de aquellos problemas y enfermedades que les pueden llegar a afectar, como son el cáncer de próstata o testicular, entre otro. Su distintivo principal es el bigote, que al igual que la barba, requiere de un cuidado especial para que luzca perfecto.
La campaña Movember (resultado de unir moustache con november) regresa este 2023 con el objetivo de recaudar fondos para la investigación de las diversas enfermedades que afectan a los hombres, entre ellas el cáncer de próstata y el testicular. Otros en cambio, optan por la solidaridad y visibilidad dejándose bigote durante todo el mes de noviembre, apoyando así una iniciativa que anima a todos ellos a dejar crecer el vello facial por esta importante y noble causa. Se trata de una iniciativa que además de solidaria, ayuda a barberías y empresas relacionadas con el sector gracias en parte a las redes sociales.
Bigotes para todos los gustos y rostros
Una apuesta interesante es siempre el bigote piramidal, sin duda el más demandado, rasurado un poco en la zona central y cayendo progresivamente hacia el borde del labio. No es un bigote espeso ni tampoco llega a montar en el labio y queda muy bien. También el bigote aristócrata o inglés, más denso que el anterior y terminado en curvatura en la punta. O el beardstache, que no deja de ser un bigote con barba pero que aúna ambos estilos. En este caso, se debe rebajar la barba considerablemente y el bigote dejarlo largo para darle todo el protagonismo.
Un tipo u otro de bigote queda mejor dependiendo del rostro y espesor de pelo de cada hombre, por eso es aconsejable acudir a un barbero que nos pueda orientar. Desde los salones David Künzle recomiendan pensar antes qué estilo es el que mejor nos puede quedar: “Llegado a una cierta edad, un hombre sabe perfectamente lo que le queda mejor, no está tan abierto a cambios como cuando se es joven. El bigote requiere de un tipo de cara muy concreta, mejor angulosa, alargada. Por la perilla suelen optar más quiénes buscan afilar el rostro si son de cara redonda u ovalada, así como por la barba, que más pronunciada en la parte de la barbilla, causa el mismo efecto”.
Su director de formación, David Lesur, prefiere el chevron, un mostacho alto que roza la nariz: “Es un bigote muy denso, ancho y espeso, sólo para hombres con mucho vello facial, muy del estilo Sam Elliott, Sean Connery, Burt Reynolds o Tom Selleck en aquellos lejanos setenta, un bigote que cubría bien los labios y su comisura, y que se arregla recortándolo de vez en cuando y aplicando gomina al final”. También se puede jugar con la longitud e incluso con el color, pudiéndose teñir o decolorarse para darle un toque determinado: “Si hablamos de los tipos de bigote que se pueden probar, todo dependerá de lo lampiño o velludo que se sea. En el primer caso, obviamente un bigote lápiz o tal vez el inglés, y en el segundo, un buen moustache en herradura o un imperial”. www.davidkunzle.com
Claves para cuidarlo y que siempre esté suave
El cuidado del bigote es igual que el de la barba, hay que lavarlo diariamente y aplicar aceite para nutrir el vello y cuidar la piel circundante, aunque hay bigotes que necesitan trabajo extra. Los más largos necesitan ser domados y para ello existen ceras especiales. En algunos países, para conseguir esa forma daliniana, usan pomadas de cabello para fijar al extremo y definirlo, incluso lacas para los más excéntricos. En el caso de que quieras afeitar la barba y dejar solo el bigote más largo, lo mejor es un aceite que permita no solo hidratar sino aportar un estupendo aroma, que se aplica dando pequeños masajes en la zona. Están recomendados si además se es fumador, ya que eliminamos el olor y ese tono amarillento que coge en caso de no asearlo mucho. Si además quieres peinarlo, hay que usar productos naturales y especialmente jabón en barra, que cuida la piel y elimina el exceso de suciedad y polución diaria, ya que el bigote está muy cerca de nuestra boca y pueden entrar muchas bacterias.