Con la Primera Guerra Mundial llegó el gran momento de las mujeres espía. Ambos bandos utilizaron sus servicios y se convirtieron en elementos cruciales en las redes de espionaje. Es la época de Mata Hari, la espía por antonomasia, aunque lo cierto es que espió poco y mal.
Mata Hari, famosa en toda Europa por sus exóticas danzas orientales (aunque era de origen holandes), fue reclutada como agente alemán por uno de sus amantes, Kraemer, cónsul de Alemania en Holanda y jefe del espionaje germano. En un intento de multiplicar sus beneficios, decidió ofrecer también sus servicios a los franceses, que acabaron sospechando. Acusada de espionaje, complicidad y trato con el enemigo a fin de favorecer sus designios, fue fusilada el 15 de octubre de 1917.
Pese a la leyenda que el cine y la literatura tejieron alrededor de la romántica figura de Mata Hari dentro del campo francés hubo otras espías muchísimo más eficaces que ella, aunque menos famosas, como Louise de Bettignies o Marthe Richer.
Louise de Bettignies (1880-1918) fue llamada por los británicos la reina de los espías. Bajo el seudónimo de Alice Dubois organizó en las zonas francesas ocupadas una red de espionaje que llegó a tener un centenar de miembros y que proporcionó información de gran interés para los británicos. Una de sus últimas informaciones fue que se preparaba una gran ofensiva alemana en Verdún para principios de 1916. Detenida por los alemanes en circunstancias misteriosas en septiembre de 1915, estuvo presa hasta su muerte por tuberculosis en el Hospital de Sainte Marie de Colonia en 1918. Hoy, una estatua en Lille recuerda a la que los franceses llaman la Juana de Arco del Norte.
Marthe Richer (1889- 1982), quien también participó en la resistencia durante la II Guerra Mundial, ingresó al servicio secreto tras la muerte de su marido en el frente. Se hizo amante del barón Von Krohn, agregado naval de la embajada alemana en Madrid y encargado de dirigir la guerra submarina, proporcionó a franceses y británicos importante información sobre armamento y les reveló el secreto de la tinta invisible de los alemanes.
