Admiro profundamente a los “chefs” caseros que tienen una exquisita receta para cada día. De hecho, admiro a todas las personas que tienen más de una receta, sea o no sea exquisita.
Preparar el menú diario para toda la familia me supone casi un trauma y creo fervientemente que es un tema al que se la muy poca importancia.
Normalmente, o al menos en el 99% de los casos que yo conozco, es una tarea asignada a la mujer, aunque los más conocidos chefs sean hombres. Me gustaría saber si ellos también se encargan de preparar el menú diario en su casa…
La labor de preparar el menú no se ciñe al tiempo frente a los fogones, empieza antes, cuando tienes que ir a hacer la compra de los ingredientes que vas a necesitar. Y, cuando se hace la compra semanal, en lugar de día a día, tienes que tener una previsión, lo que complica todavía más esta tarea. Si a mí se me hace harto difícil decidir qué vamos a comer hoy, me parece casi una misión imposible pensar lo que vamos a comer mañana, pasado y dentro de 4 días.
La mejor opción es asignar un alimento a cada día; los lunes sopa, los martes macarrones, los miércoles albóndigas, los jueves arroz, los viernes lentejas y los fines de semana abuelos (quiero decir que nos vamos a su casa, no que nos los vayamos a comer).
Se convierte en una rutina que puede llegar a cansar, tanto a la cocinera como a los comensales. Sin embargo, cuando intentas innovar puede que alguien se queje o te pregunte por los macarrones con tomate.
Si a todo esto sumamos el hecho de que a algún miembro no le gusten ciertos alimentos, o que necesite un menú especial, la cosa se complica todavía más y la cocina de casa puede parecer la de cualquier restaurante, pero sin la posibilidad de obtener ninguna estrella michelín.
Son los grandes chefs los que se llevan los méritos, los galardones y el reconocimiento pero, sin duda, las madres son las grandes chefas de la cocina.
