Si sufres sensación de agobio cuando te quedas sin batería en el móvil. O te pones nervioso cuando sales de casa y a mitad de camino de tu destino te das cuenta de que olvidaste el móvil en el mueblecito de la entrada; estás en una reunión y no puedes mirar tu dispositivo móvil y estás inquieto; si pasas por alguno de estos síntomas, sufres nomofobia, un trastorno que sufrimos, sin saberlo, al menos la mitad de la población.
¿Qué es la nomofobia realmente? Se trata de una enfermedad, hasta ahora no reconocida, que supone el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil encima. El término que la define fue impuesto tras un estudio realizad por la Oficina de Correos del Reino Unido, encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren los usuarios sin sus teléfonos móviles cerca.
La nomofobia se ha convertido en la enfermedad del S. XXI, más de la mitad de la población sufre adicción al teléfono móvil. La dependencia al dispositivo electrónico genera una infundada sensación de incomunicación en el usuario cuando no le es posible hacer uso de él, bien porque lo haya dejado en casa, bien porque se haya quedado sin batería o bien porque se encuentre en un lugar sin cobertura. ¡Odiamos los lugares sin cobertura!
Según las estadísticas los usuarios de smartphones consultan sus teléfonos una media de 34 veces al día. Y cuando una de estas consultas no es posible, el nomobófico, sufre ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza e incluso de estómago. Es pura ansiedad lo que despierta esta enfermedad en el usuario, que desemboca en inquietud, enfados, negación, ocultación del problema…
La población más propensa a padecer esta enfermedad son las personas inseguras o con autoestima más baja. Las mujeres son las que más la padecen, porque su estructura cerebral tiene, generalmente, mayor necesidad comunicativa y afectiva que la de los hombres. Pero sobretodo, es una enfermedad dada entre los adolescentes.