Ya salimos a las calles a ver las procesiones de Semana Santa, momento de vacaciones, ya se huele en el ambiente, los niños no tienen escuela, menos trabajo aunque como vienen días de descanso el trabajo hay que adelantarlo en pocos días, pero nos da igual, lo importante es que la Semana Santa ya ha empezado, y con ello la primavera, deseada primavera que desde que entró el invierno a penas nos ha dejado hueco para lucir modelito, pues eso, que ya es momento, un corte nuevo, un color distinto y llenar el armario, son días de eso, además días de respeto, porque la Semana Santa tiene mucho fondo religioso y eso hay que respetarlo.
Días donde se oyen el retumbar de los tambores, donde huele a incienso, donde huele a cera quemada debido a las procesiones, días donde recoges cantidad de caramelos (que al final siempre dejas olvidados en un cajón) y por supuesto días, de ver preciosas imágenes de Santo pasear por las calles, o bien tirados por ruedas o porteados por costaleros (estos últimos te ponen la piel de gallina), y siempre la saeta que surge improvisada, acompañando a la imagen por la calles.
No me negaréis que con la Semana Santa no os apetece salir más a la calle, tomar una cervecita, alguna tapita y porque no, pasear, ya sea en tu ciudad o por el monte. Pues por la zona alicantina, el lunes después del domingo de resurrección, es día de salir al monte, o con los amigos o con la familia, o incluso ambos, es el día que conocemos como “la mona”, día para pasarlo en una zona recreativa, de comer carne a la brasa, y de merienda una buena mona, con huevo duro incluido, que la tradición dice que con tu huevo debes darle a la frente de la persona que tienes a tu derecha, pero eso, sí que él no se entere porque entonces no hace gracias, y cuidado en no hacerle daño, aunque por regla general suele hacerle. Y sin olvidar la tableta de chocolate que acompaña a la popular merienda.
Fuente: cuando pasa