Hace unos días tras la muerte del director del Banco Santander, Emilio Botín su hija fue nombrada su sucesora, días después la ex tenista Gala León era nombrada capitana del equipo de Copa Davis de tenis. Cualquiera que lea esto creería que las mujeres estamos en medio de una revolución, aunque claro, si vives en España, sabrás que es más bien al contrario.
En nuestro país sigue habiendo una falsa ilusión de igualdad cuando realmente no es así. El otro día encontré en Youtube un vídeo de una campaña viral de publicidad en el cual se hablaban de las connotaciones que tiene el término “niña”. ¿Quién no ha oído alguna vez aquello de “juegas como una niña”?
El video mostraba las diferentes interpretaciones que tenían hombres y mujeres de distintas edades cuando se les decía “corre como una niña” y cómo ridiculizaban la forma de correr, o “pega como una niña” e imitaban a alguien arañando a otra persona. Cuando realmente correr como una niña es dar todo de ti y pelear como una niña es defenderte con todas tus armas.
Yo me pregunto, ¿por qué cuando una mujer asciende en su vida profesional se pone en duda su capacidad por ser mujer en lugar de preguntarse si es una persona lo bastante cualificada independientemente de su sexo?
Muchas veces vemos en el cine mujeres que tienen que hacerse pasar por hombres para conseguir su objetivo sin ir más lejos, el otro día vi como Lisa Simpson tuvo que disfrazarse de hombre para poder estudiar matemáticas o las trabas que le pusieron al entrar en una academia disciplinada por el hecho de ser mujer.
Estudios demuestran que las mujeres son conscientes de sus limitaciones dentro de la sociedad a partir de los 10 años. No busco generalizar, pero en la mayoría de casos las limitaciones de las mujeres son puestas por hombres, hombres que nos dicen cómo vestirnos, cuándo y por qué. Hombres como nuestro ahora ex ministro de Justicia, el cual intentaba imponer una ley del aborto que no contemplaba la posibilidad de abortar en caso de malformación en el feto.
Esta ley ha sido defendida a capa y espada por un señor que cobra una fortuna y que podrá permitirse mantener a un niño con problemas de salud sin ningún tipo de problema. Un señor que realmente no sabe lo que es pasar apuros económicos a fin de mes y que no se ha planteado el coste de mantener a un niño con malformación para intentar que este tenga una buena calidad de vida, al igual que un niño normal.
El problema de nuestra sociedad es que antes de ver nuestra capacidad y preparación se mira el sexo, la edad y clase económica. Así, si eres mujer, y de clase media-baja se da por sentado que jamás podrás a aspirar a lo mismo que un chico de tu edad con una clase superior.
Nos bombardean constantemente con este tipo de mensajes estereotipados y pe-definidos, y es que a todos nos gusta Pretty woman, pero se nos pasa por alto que Julia Roberts no deja de interpretar el papel de una mantenida.
50 sombras de Grey y la saga Crepúsculo han batido records, y miles de mujeres lo han leído en el mundo, pero muy pocas han caído en el mensaje subliminal que deja marcado en nosotras. Pues tanto Anna como Bella tienen que dejar su familia, alejarse de sus amigos y cambiar totalmente su estilo de vida para poder estar con la persona que aman, porque Christian y Edward dejan claro desde un primer momento que ellos no van a cambiar su estupenda vida por ellas.
Por cierto, estos chicos han tenido experiencia previa con mujeres, mientras que ellas son puras y castas, pues ¿qué hombre querría estar con una mujer que ha recorrido de mundo y se conoce a sí misma? Busca un chico, enamórate de él, cambia tu vida, cásate con él y se feliz mientras que él te da azotes o se va por ahí de caza.
Anna Wintour, directora de Vogue es tachada de fría, borde y calculadora, que no niego que lo sea, pero los mismos que la tachan ni se les ocurre valorar la revolución que ha creado su figura. Eso sí, en el caso de un hombre el fin justifica los medios y si consigue buenos resultados para su empresa da igual lo borde que pueda ser.
Volviendo al inicio, Gala León ha sido criticada por ser mujer y no tener la capacidad de mandato suficiente para un equipo de hombres. Aunque a muchos se les olvida que precisamente un hombre es el que ha dejado al equipo de Copa Davis como está.
Y yo que soy una mujer a la que el cielo no le parece el límite me pregunto, ¿con cuántos meteoritos en forma de prejuicios me voy a encontrar antes de llegar a la cima de mi carrera profesional? Por no mencionar la de veces que se cuestionará los métodos por los que he llegado a una posición de poder. O la de veces que mis futuros jefes se lo pensarán a la hora de contratarme por ser mujer y correr el riesgo de que en un futuro me dé por ser madre.
Esta es nuestra sociedad, una sociedad que celebra que no se nos haya impuesto una ley y que sigue pensando que todos somos iguales. Cuando en pleno siglo XXI una mujer gana un 10% menos que un hombre desarrollando el mismo trabajo.
Esto es lo que dejamos a las generaciones que vendrán, ¿realmente es lo que queremos? Recuerda que la próxima Gala León puede ser tu hija, tu hermana o tu madre.