En ocasiones, la ropa que siempre ha estado blanca, empieza a amarillear o a hacerse grisácea, no debemos para ello sumergirlas en lejía o utilizar algún producto químico que podría estropearla, existen otros muchos trucos con los que podemos conseguir unos buenos resultados.
Uno de ellos es añadirle al detergente un puñado de sal y el jugo de dos limones, además de cuando ya esté lavada dejarla en el sol hasta que esté totalmente seca (recomendable para la ropa en general).
Otro es sumergir la prenda en un barreño con leche y unas gotas de amoniaco (recomendable para la ropa antigua).
También podemos lavarla normalmente y en el agua de aclarado echar unas gotas de agua oxigenada (recomendable para la lana)
Otro de los consejos es después del lavado en agua oxigenada rebajada alrededor de siete minutos para posteriormente enjuagarla (recomendable para las camisas).
También otro buen remedio es no dejar las prendas que vaya a estar largo tiempo sin usar cubiertas de plástico.
Para la marca de los dobladillos en los jeans podemos coger un marcador azul del mismo tono y pasarlo sobre la línea blanca. Seguidamente se plancha con temperatura media sobre un trapo y la línea blanca desaparecerá.
Existen otros trucos para tener bien cuidada la ropa, aparte de mantenerla blanqueada, pues en ocasiones nos encontramos con problemas difíciles de solucionar.
Para quitar arrugas muy pronunciadas debemos humedecer el trapo de planchar en una parte de vinagre y dos de agua para posteriormente escurrirlo y ponerlo encima de la prenda para planchar.
A veces, nos encontramos con un chicle pegado en una prenda y no sabemos como deshacernos de él, se puede para ello aplicar hielo encima para endurecerlo y después eliminarlo con un algodón empapado en alcohol o rascarlo con un cuchillo sin punta.
Fuente: femenino