Autor: Esopo
Según informes policiales, entre los ensereres de una de las víctimas del martes veintiséis de febrero, encontraron una jaula con un hamster quemado en su interior. Junto a él, una cartita ensangrentada que decía así:
Querido hijo:
Sé que estás preocupado por mí pero tranquilo, estoy bien. Me cambiaron de jaula y ahora tengo una rueda más grande. Además, estos días Lucía me trae gusanos. Todo un lujo. En cuanto a él, confieso que está peor. Pasó de la cerveza al vino y el cambio le sienta como el entierro de alguien que amas. A veces se me acerca y me dice: Rata babosa, un día de estos te frío. En fin hijo, ya me cansé de que nos trate a golpe de puño por lo que he trazado un plan. Verás, cuando ella me traiga la comida, me agarraré a los barrotes, le miraré a los ojos y le diré: Lucia, no podemos seguir así. Tenemos que irnos. Eres guapa, inteligente, tienes un par de pechos en los que dormiría tres días y dos manos para salir adelante, así que ya es tiempo de abandonar al animal.
Deséame suerte,
Tu padre Por todas las víctimas que no pudieron escuchar «a su mascota» Por todas la que aun pueden oirla, queda solo una palabra: DENUNCIAD.
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