AMISTADES ROTAS

 

Autor: Valeria

Después de la ruptura ¿te has quedado sin amig@s?

¿Te cuesta volver a empezar?

Bueno, ya está. Ha ocurrido. Tu pareja se ha roto. No es la primera ni será la última, pero después de años de relación monógama en la que te has volcado en la pareja, en los hijos, en la casa, te encuentras de pronto muy, pero que muy sola.
Quieres regresar a algún tipo de vida social y no tienes con quién.

Siempre habrá alguna amiga con la que compartir un café o ir al cine una vez al mes, pero tus amistades seguirán con su vida. Es probable que ya no te apetezcan esas reuniones de pareja, porque claro, tú ya no la tienes. Parece que no encajas, que sobras allí. Incluso piensas que algún que otro marido ha comenzado a mirarte raro, como si tuviera temor a que el divorcio fuese una especie de virus contagioso. Sobre todo si la decisión de romper ha sido tuya.

¿Y esa pareja que creías amiga y ahora ha dejado de llamarte sin más? Está claro, se han puesto del otro lado, lo cual no es reprochable hasta cierto punto. Pero…  ¿por qué razón han dejado de llamarte a ti? ¿Se rompe la pareja y se rompe la amistad? Si, puede ocurrir.

Lejos de deprimirnos, chicas, debemos ir en busca de nuevos horizontes. ¿Te gusta leer? Pues busca en tu ciudad algún grupo de lectura. Si preguntas en las bibliotecas, seguro que sabrán orientarte sobre alguna de éstas tertulias. ¿Siempre has tenido el gusanillo del arte? Pues apúntate a clases de pintura; algunos ayuntamientos imparten talleres gratuitos. ¿Ha llegado el momento de ponerse en forma? Enfúndate en un chándal y sal al parque a pasear. Regálate una mascota; los perros son siempre un buen acicate para comenzar una conversación. ¿Tus hijos son pequeños y estás aún muy pillada con ellos? Aprovecha y disfruta; escápate a un hotel con animación infantil. Llévales a todas las actividades lúdicas que organicen en la ciudad. Olvídate por un día de las tareas de la casa y organiza una acampada en su cuarto.

Piensa en que el tiempo libre del que ahora dispones es sólo tuyo; ya no tendrá lugar ese tira-afloja para decidir si mar o montaña. Ahora eres tú la que elige, la que es dueña de su tiempo, la que puede permitirse el lujo de un domingo entero de tumbing frente al televisor atiborrándote de palomitas mientras los hijos están de fin de semana alterno. No más discusiones sobre el mando a distancia. No más calentarte la cabeza sobre el menú del día festivo.

No tengas prisa por volver a emparejarte; disfruta de tu nuevo status. Busca amistades afines, recíclate, crece como ser humano. Haz que el objetivo de tu vida sea la serenidad.

Con el tiempo, si alguien ha de llegar, lo hará. Y si el príncipe azul no aparece en su cadillac blanco a rescatarte, no importa. Tú ya has resistido. Date la enhorabuena y sigue tu camino.

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