Lo habréis oído muchas veces, “cada embarazo es diferente” y es que es verdad, en el primero tienes el miedo, incertidumbre, desconfianza hacia lo desconocido. En el segundo, aparte de lo que ya supone el embarazo, dependiendo de la edad del hijo mayor, se incrementa el cansancio, los celos antes de venir el nuevo hermanito, como nos las apañaremos entre el bebe y el mayor, y la preocupación de cómo será el cambio de tres a cuatro.
Toda mujer sabe que el embarazo es tres trimestres y tres etapas totalmente diferentes, los tres primeros meses son de alegría, dar la noticia, susto ante perdidas o un aborto, ansias por las pruebas para que te digan como va todo, y la primera vez que ves a tu bebe en una pantalla.
El segundo trimestre ya empezamos la cuesta arriba, si deben aparecer, ardores, varices, hinchazón, y mas kilitos, es ahora cuando aparecen, por lo menos con un poco de suerte hemos dicho adiós a las temidas nauseas y fastidiosos mareos, esta etapa es la de mas pruebas, pues le añadimos la desagradable prueba del azúcar, aquí volvemos a ver a nuestro bebe y como ya esta todo formadito y el riesgo de aborto disminuye, estamos mas sosegadas respecto a ese tema. Y cuando llegamos a los tres últimos meses, con esos kilos de mas, con la aproximación de la fecha del parto, barajando las posibilidades de que se adelante o retrase, con toda su ropita lavada y preparada en su armario, su cuarto limpio y todo pintado de colores y motivos infantiles y su cochecito y mantón listos para darles sus primeros paseos.Lo que sucede es que esta etapa se hace mas dura cuando nos cargamos demasiado con la casa, tenerlo todo apunto e hijos mayores si es que los hay, y las temidas ultimas pruebas que diagnostican que todo vaya a salir bien y no halla complicación alguna.
Fuente: en femenino