Crítica de cine: Invasión

 

Nicole Kidman estrena varias películas en lo que queda de año; una de ellas es «Invasión», un «remake» bastante digno del clásico «La invasión de los ladrones de cuerpos.».

La película sigue las leyes del «blockbuster» (éxito rompetaquillas): un director totalmente desconocido, un argumento que está comprobado que funciona (no por nada existen ya varias versiones) y uno o dos actores de primera fila que le aportan credibilidad y oficio. En este caso, Nicole Kidman, que pronto estrenará también «La brújula dorada» -adaptación de un famoso libro infantil- «Australia«, y la más independiente, «La boda de Margot«. Está muy bien acompañada por Daniel Craig, que, desde que protagonizó la última de 007, aparece en muchas más películas.

La película cuenta con un guión muy bien tramado, que juega muy bien con los personajes y la tensión, con momentos verdaderamente de infarto. Además, el productor tiene el buen juicio de no haberla llenado de «persecuciones de coches» (sólo hay una) o escenas de acción (hay un par).

La mayoría de la historia se basa en diálogos, en escenas muy contenidas, verdaderamente escalofriantes precisamente por eso. Sin llegar a ser una obra maestra, desde luego, Invasión es una buena película, para quien le guste disfrutar de tensión y miedo en el cine.

Como anécdota, la película hace un guiño a sus predecesoras, que se suponía eran el fruto de la paranoia norteamericana ante la extensión del comunismo dentro de su país. En «Invasión», uno de los personajes es un embajador ruso y sus diálogos dejan claro que las intenciones de director y guionista no iban por el mismo camino que las anteriores «invasiones de cuerpos».

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