La talla más vendida de sujetador en nuestro país es la 90B, seguida muy de cerca por la 95B. ¿Qué significa esto? Que la gran mayoría de mujeres cuenta con un contorno de bajo pecho se sitúa más o menos en unos 82-84 centímetros.
Sin embargo, al hablar de copa, se habla de volumen y es, sobre todo, donde suelen querer las mujeres mejorar su imagen y plantear su mamoplastia de aumento cuando deciden pasar por una intervención de cirugía estética.
En comparación con las mujeres europeas, que normalmente usan entre la copa C y D, nuestro país estaría mayoritariamente formado por mujeres con menos volumen de pecho y, por lo tanto, incluso menos escote. Por el contrario, si la comparación se hiciera con países asiáticos, la copa más habitual vendida en ellos sería la A.
¿Qué hay que saber antes de plantearse este tipo de cirugía?
Lo primero que hay que hacer es acudir a una clínica especializada para que de verdad se ofrezca un consejo profesional y realista. De nada sirve ir con la imagen de la última modelo que esté de moda porque, en muchos casos, es irreal intentar imitar su apariencia salvo que se parta de una estructura corporal similar a la suya.
Una vez definido el tamaño que se quiere, es necesario que la paciente entienda en qué consistirá la intervención.
Lo primero es saber qué tipo de implante se va a utilizar para tener claro cuál será el resultado y forma final. Normalmente los más utilizados son los de silicona por su versatilidad ya que simulan muy bien la textura de un pecho natural. De hecho, en el 90% de los casos son los elegidos.
Sin embargo, existe otra opción: los implantes salinos. La ventaja de esta opción es que, en caso de que se rompiera, automáticamente el cuerpo es capaz de absoberlo, sin embargo, es menos cómodo por los cambios de temperatura y sonido que podrían producir.
Dicho esto, lo siguiente es elegir su forma, bien en redondo o en forma de lágrima, una opción esta última que empieza a ganar terreno por la apariencia natural que aporta.
El protocolo de la operación, ¿cuánto tiempo tarda el postoperatorio en concluir?
Antes de pasar por quirófano, es necesario plantear todas las dudas que se tengan al profesional, quien hará una serie de pruebas para poder dar el visto bueno al paso por quirófano si todos los parámetros de salud son normales.
Existen dos maneras de introducir la prótesis: bien de manera axilar o bien a través de la areola. En ambos casos acabarán haciéndose incisiones, aunque hoy en día apenas quedan cicatrices visibles gracias a las técnicas que utilizan los cirujanos especializados en este tipo de intervención.
Por norma general, tras la intervención, se llevará hasta 48 horas un vendaje que acabará siendo sustituido por un corpiño postquirúrgico hasta que sea capaz de llevar la paciente un sujetador postoperatorio durante el mes siguiente a la operación. Hasta entonces, se recomienda además no hacer excesivos esfuerzos ni de movimiento, ni deportivos.